Adiós multitudinario fue el que ayer acogieron las calles del centro y del Real en el día en que todo acababa. Y es que la melodía pachanguera que ha acompañado todos estas jornadas dio paso a una música más triste: réquiem por una Feria fue lo que los miles de malagueños y visitantes que volvieron a caldear por vez última este año interpretaron al mismo son durante todo el día. Era la última llamada para los pocos que se habían quedado sin disfrutar del ambiente festivo y volver a repetir la experiencia los que sí habían probado el Cartojal los días anteriores. En cualquier caso, todos fueron los que se dejaron la piel, aunque quizá menos dinero, en el brindis por el fin de fiesta, con el deseo de que los mayas no acierten con su profecía y el fin del mundo los deje sin la nueva edición de la Feria de Málaga 2013. Pero ésta ya ha echado el cierre; ahora lo que toca es guardar los adornos de Feria y las ganas de jolgorio hasta el próximo año, tachando en el calendario los días que faltan para que de nuevo las biznagas, los verdiales y los trajes de faralaes tomen las calles de la ciudad. Menos de 360 días para que Málaga vuelva a ser feriante.