Crítica 'The Police Officer's Wife'

Cine-maltrato: no olvide llamar al 112

The Police Officer's Wife. Drama. Alemania, 2013, 175 min. Dirección: Philip Gröning. Intérpretes: Alexandra Finder, David Zimmerschied, Pia Kleemann, Chiara Kleemann.

No podía faltar la dosis de frigidez europea, y a falta de Haneke y Seidl, bueno es Gröning, quien años después de DiegrosseStille -aquel documental proselitista sobre monjes cartujos que tanto gustara en su día a grandes y pequeños- se reengancha al circuito de festivales con la fatua solemnidad y la adolescencia estilística intactas.

Gröning, ya cincuentón, aún no se ha percatado de que el cine no debe decir nada, sino mostrar mundos, y se pasa las tres horas de este sincopado drama familiar (ni al bueno de Trier se le hubiera ocurrido semejante despliegue de cartelones) ejecutando planos-frases que lo único que dan a ver es lo que estaba previamente en su cabeza: habría que haber contado con Brecht, para recargar los gestos tras las interrupciones; habría que haber contado con Mekas, para sentir el reflejo de los materiales de la vida. A Gröning sólo le interesa una secuencia, la de la bañera, justo la más abstracta y liricoide. A los cuerpos y a sus batallas llega tarde y mal, incapaz incluso de encuadrarlos con una mínima pregnancia.

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