Cultura

'Correction': Cuando la redención llega con tarifa plana

Más voluntariosa que lograda en su estética realista del seguimiento y la opacidad psicológica (a lo Dardenne, para entendernos), esta cinta griega aspira a hacer un poco de sociología de masas a propósito del paisaje más duro de la ciudad moderna (Atenas), transfigurada en un gran zoco de pasadizos con graffitis, escaleras, azoteas y plazas de hormigón en el que conviven razas, etnias y culturas diferentes bajo el acecho de la violencia.

Hay que agradecer al filme de Anastopoulos su pequeña voluntad de estilo y su apuesta poco complaciente por las texturas rugosas del digital como vehículo para acompañar la odisea de su particular Ulises urbano (un misterioso hombre que sale de la cárcel para regresar a los no-lugares que un día lo empujaron a la celda), incluso su ocasional fidelidad a una prudencial distancia que deja entreabierta la puerta de la ambigüedad sobre las causas y motivaciones que mueven a sus personajes.

Aún así, confundiendo la demora con la repetición cansina o saltándose de cuando en cuando sus propias normas autoimpuestas, Correction se acerca poco a poco a la inevitable resolución de su misterio a través de evidentes y torpes signos de escritura dramática: si los obstáculos para la expiación son dibujados como planos estereotipos del lumpen criminal, una sonrojante escena final nos descubre la redentora alianza entre nuestro protagonista, una mujer albanesa y su hija en la pequeña pantalla de un teléfono móvil (¡!). Nunca aquel rosselliniano sentido de la trascendencia y la revelación alcanzó unos niveles tan burdos, literales y prosaicos. No, no era eso.

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