Crítica 'Koza'

Sacando réditos del juguete roto

Koza. las nuevas olas. Drama, Eslo-R. Checa, 2015, 75 min. Dirección: Ivan Ostrochovsky. Intérpretes: Peter Baláz, Nikola Bongilajová, Stanislava Bongilajová.

Si hay una película que ejemplifica la fórmula "nuevas olas" del cine industrial europeo es esta Koza, filme anémico que mezcla realidad y ficción sin el más mínimo escrúpulo, y que asume, no se sabe según qué interiorizado precepto estético, que un universo gris, grotesco y sin salida posee mayores credenciales artísticas que cualquier otro. Las claves descansan en que esta tristeza impostada se alía con el ojo más vago y malsano del espectador, y que los programadores suelen frotarse las manos ante la posibilidad de excitar la risa trasera de unas audiencias que en la vida real no invitarían a este pobre hombre ni a un café.

Koza, roadmovie que sigue la última y esperpéntica gira pugilística de un boxeador al que da vida docudramática el señor Peter Balaz, no pasa de exploit barato, predecible e insincero, escenificando en paisajes helados y otros no-lugares del Este ese estilo minimalista y herido de melancolía al que se adhieren como lapas los que no blanden ni una sola idea original de puesta en escena. Ivan Ostrochovsky se acurruca en este nicho y con el piloto automático coloca la película camino de los Oscar (sic).

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