Carlos Saura. Director

"Buñuel me dijo llorando que habría querido hacer la película"

  • El realizador recibió ayer el tributo a la Película de Oro por 'La prima Angélica'. Antes de fin de año empezará a rodar su filme sobre Picasso.

La presencia de Carlos Saura (Huesca, 1932) en el Festival de Málaga no es extraña. Ayer regresó para protagonizar el homenaje que el certamen le prodigó por La prima Angélica, la cinta que dirigió y coescribió junto a Rafael Azcona en 1973, que produjo Elías Querejeta, que protagonizó José Luis López Vázquez y que ganó el Premio Especial del Jurado en Cannes.

-¿Qué fue más difícil de lidiar al hacer La prima Angélica?

-No creo que hubiera ningún problema, aunque la verdad es que no he vuelto a ver la película. Yo tenía ya una relación muy estable y muy eficaz con Elías: La caza y Peppermint frappé nos habían abierto las puertas del mercado internacional y eso nos daba cierta libertad frente a lo estricto del ambiente. Pero la verdad es que Elías siempre defendió la película más que  yo ante los estamentos oficiales. Yo me encargaba de escribir y dirigir. 

-La crítica recibió bien la película en Francia, pero se cebó con la elección del actor protagonista.

-Sí, pero López Vázquez era un actor maravilloso. A lo mejor con Robert de Niro habría quedado mejor, o no, no lo sé. Teníamos claro que el protagonista era un español medio, poco atractivo, una persona muy normal, que te pudieras encontrar en la calle. López Vázquez encajaba ahí perfectamente, y ya había demostrado que era uno de los mejores actores de este país. La gente se sorprendió muchísimo cuando se supo que iba a trabajar conmigo, porque se conocía sobre todo su faceta de cómico. Pero él era uno de aquellos actores tan baqueteados que habían hecho teatro y todo tipo de bolos, y que presentaban muchas posibilidades para aprovecharlas. Fue muy fácil trabajar con él. Apenas hablábamos durante el rodaje.

-¿Es La prima Angélica la película suya que más debe a Buñuel?

-Te contaré algo. Buñuel la vio en el Festival Cannes. Se la pasamos para que la viera, estaba prohibido pero lo hicimos. Recuerdo que salió llorando de la proyección y me dijo que le habría gustado hacerla. Es uno de los homenajes más bonitos que he recibido.

-¿Cambió mucho el guión durante el rodaje?

-No lo sé, porque siempre escribo el último guión. Es una condición que pongo. Y no siempre he estado de acuerdo con Rafael, alguna vez tuvimos problemas con eso. Además, me gusta mucho improvisar sobre la marcha, aprovechar una determinada luz, añadir o quitar cosas. Siempre hago un ensayo general de la escena y en función de eso pongo la cámara, no antes.

-¿Cómo marcha el proyecto sobre el Guernica de Picasso con Antonio Banderas? ¿Se titulará finalmente 33 días?

-Yo habría querido llamarlo Guernica, no sé si será posible, ya sabes que es difícil negociar con la familia de Picasso. El título de 33 días ya está registrado, pero a ver. Por primera vez desde hace año y pico parece que el proyecto está en buen camino. Antonio Banderas ha tomado la sartén por el mango, hablé con él hace unas semanas y me dijo que había encontrado unos productores, que quería hacer la película. Además, desde febrero el guión será plenamente mío por cuestiones de contrato, y eso es una ventaja. Así que ahora espero que podamos levantar la película. Es una pena, pero el productor que se había comprometido ha sido incapaz de hacerlo en dos años. Hemos perdido algunas oportunidades, se podría haber hecho. Ahora parece que todo va mejor y que vamos a poder empezar a rodar antes de fin de año.

-¿Alguna vez vio en la historia de Adolfo Suárez una posibilidad cinematográfica?

-La verdad es que no. Es que creo que la Transición, que estuvo muy bien, ya se estaba fraguando. En sus últimos años, el franquismo acusó una debilidad muy grande, habían salido ya todos los tecnócratas del Opus Dei y se percibía que había ganas de mostrar otra España al mundo. No le quito el mérito a Suárez, tomó decisiones muy importantes, sobre todo para normalizar la presencia de aquéllos a quienes Franco había declarado enemigos de la patria: los comunistas, los socialistas, los masones y sus compañeros de viaje. Yo iba entre los compañeros de viaje. Es que este país es muy burro.

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