Triunfa en los teatros como Juan Tenorio mientras rueda para la pequeña pantalla la ficción histórica Carlos, Rey Emperador, bajo las vestiduras de Hernán Cortés. El actor sevillano José Luis García Pérez se mete también en la piel de Carlos, el protagonista de El país del miedo, primer largometraje del guionista y productor Francisco Espada. El realizador extremeño presentó ayer este thriller social basado en la novela homónima de Isaac Rosa, "una metáfora de la sociedad violenta dominada por sus temores y poco empática en la que vivimos".

-¿Cómo llegó al proyecto y qué le atrajo de él?

-Estábamos rodando Un novio para Yasmina, película que produjo también Tragaluz y Francisco Espada me pasó el guion y la novela. Él pensaba que debía interpretar a Fabián, el cuñado, pero cuando leí la novela le dije que quería hacer de Carlos; porque solamente los retos te hacen crecer como actor y eso significa crecer como persona, que para mí es más importante. Trabajar sobre los miedos, los míos y los del personaje, me pareció que era bonito e importante.

-¿Por qué le supuso un reto?

-Por mi voz o mi corpulencia física lo primero que piensas es cómo a alguien así le va a dar miedo una niña de 13 años. Yo tengo mis propios miedos como ser humano, pero quería buscar ese miedo de Carlos en mí, vivirlo, experimentar y que eso me sirviese a mí.

-¿Qué destacaría de Carlos, su personaje?

-Si tengo que destacar algo como actor, sería el proceso que va viviendo a lo largo de la película de descomposición física y personal. Como metáfora del personaje destacaría que ni como individuo ni como sociedad podemos vivir con miedo porque sólo nos lleva a reaccionar de manera equivocada. Creo que el cambio de las cosas, la revolución interna y la pérdida de esos miedos es lo que nos puede hacer evolucionar en positivo.

-¿Qué le costó más preparar de esta interpretación?

-Fue un trabajo muy largo que empezamos por Skype. El proceso no ha sido de encontronazo con el rodaje, sino que por eso y por las tres semanas que estuvimos también ensayando juntos en Badajoz llegamos a la película de manera muy suave. A posteriori, una dificultad podría ser que el miedo del personaje sea creíble y no una pose, que esa relación de Carlos y Marta fuese real y constante.

-Carlos se ve envuelto en una serie de situaciones que al espectador le pueden parecer incluso absurdas o irreales...

-Creo que ninguno sabemos lo que nos pasaría en esa situación. Es muy fácil opinar siempre sobre lo que le ocurre al otro pero sólo cuando lo experimentamos en nuestras carnes sabemos lo que es la realidad. En el caso de Carlos hay algo que viene escondido desde atrás, hay algo patológico en él, pero en una situación como la que vive ninguno sabríamos cómo reaccionaríamos y él lo hace así.

-Esa patología, que evoluciona en la película, se nota desde el principio donde se dice también que se hace negocio con el miedo de las personas.

-Es que creo que se hace negocio hoy día con el miedo de las personas. Si no viviésemos rodeados de miedo como humanidad entera no hubiesen muerto 750 personas en un barco que estaban escapando de sus miedos. El miedo es un negocio, desde las puertas de seguridad hasta llevarlo al máximo extremo como en ese caso. Creo que nos hacen vivir en el miedo al otro constante y hay gente que gana dinero con eso.

-¿Qué le da miedo a usted?

-Miedos tenemos todos y hay muchos que te vas encontrando por el camino. Pasan los años y le tienes miedo a que sigan pasando más años pero no puedes hacer nada. Así que la única manera de poder vivir es intentar despejar esos miedos del camino y afrontar cada día como el primero y único que tienes por vivir, esa es la clave.

-¿Qué ha supuesto este proyecto para su carrera?

-Primero experimentar un personaje que no había trabajado nunca y, además, al entrar Canal Sur se ha vuelto una película extremeño andaluza y que Andalucía esté presente en la película es importante y un orgullo para mí.

-Le hago esta pregunta también porque ha llegado al Festival de Málaga estando en los teatros con Don Juan Tenorio, rodando para televisión Carlos. Rey Emperador y en otros proyectos de la gran pantalla como Requisitos para ser una persona normal o Lejos del mar.

-Me siento un privilegiado porque hay mucha gente que nos rodea viviendo en la precariedad, no ya sólo en mi profesión sino en todas. Tengo la suerte de poder quitarme al menos un miedo de encima y eso ya es mucho.

-Compagina cine, teatro y televisión pero, ¿si tuviera que elegir?

-Me quitan una y me matan. Supongo que al final la salud me pasará factura aunque me cuido mucho. Me gusta compaginar las tres porque son experiencias totalmente únicas pero también diferentes. Como actor te hacen crecer en distintos caminos y es lo que yo sin duda alguna busco.