Juan Antonio Vigar. Director del Festival de Cine Español de Málaga

"El festival ya es un agente clave en la proyección mundial del cine español"

  • El certamen inaugura este viernes su nueva edición con el objetivo de ampliar su peso específico en la industria. Su primer responsable apunta diversas claves inmediatas y a medio plazo.

La nueva película de Joaquín Oristrell, Hablar, inaugura mañana viernes la edición número 18 del Festival de Cine Español de Málaga, una mayoría de edad que, inevitablemente, se traduce tanto en consolidación como en responsabilidad. Aunque vinculado al certamen desde sus inicios, Juan Antonio Vigar tomó las riendas hace tres años y ya ha dejado impresas huellas significativas, especialmente en la relación del festival con su ciudad. En esta entrevista, el director apunta algunas claves que atañen tanto al ciclo como a la industria a la que pretende servir de eficaz plataforma.

-La nueva edición del festival llega después de un año muy dulce para el cine español, marcado por el éxito en la taquilla y el reencuentro con el público. ¿Qué lectura hace de esta situación?

-Recuerdo que en una conversación anterior hablamos de que en situaciones económicamente difíciles el talento terminaría tirando de la industria. Entonces podía parecer una afirmación gratuita, pero creo que el tiempo nos ha dado la razón. Es cierto que el último año ha sido muy bueno para el cine español, una de cada cuatro películas que se han visto en España son de producción española y eso nos sitúa en una posición excelente. También es cierto que esta coyuntura se circunscribe a un número concreto de películas, con el ejemplo clave de Ocho apellidos vascos, pero estoy convencido de que estamos asistiendo a un cambio de tendencia. El público es cada vez más consciente de que lo que ofrece el cine español son historias que interesan, bien narradas, entretenidas y capaces de mover a la reflexión. Por eso creo que este año aumentará la masa crítica de películas que soportarán un buen resultado. Es difícil llegar a las cifras del último año, pero el cambio de tendencia es inevitable.

-¿En qué medida revertirá este idilio en el Festival de Málaga?

-Hemos percibido ya este cambio en la cantidad de películas que nos han llegado: sólo en lo que se refiere a la sección oficial recibimos 130 películas, de las que hemos elegido 15. Y esto denota necesariamente una situación distinta de la industria. Pero también lo hemos notado en la venta de entradas, desde el primer día hemos visto colas muy largas, y entendemos esto como un signo del interés del público por el cine español.

-¿Confía, entonces, en superar los registros del año pasado?

-Yo soy de ciencias, pero no me obsesiono con los números. Las cifras son buenos indicadores, pero no bastan para hacer una valoración global de lo que se ofrece y de lo que el público recibe. A la vista de la primera reacción, todo apunta a que superaremos los registros del año anterior, pero también tenemos que atender a lo cualitativo. La gente está dejando claro que le interesa lo que hacemos, que quiere participar en el festival, en sus diversas actividades, y ahora se trata de que ese interés perviva en el futuro. Hemos tomado nota, en este sentido. Todo lo que hagamos en favor del público será bueno para la ciudad y para el cine español.

-A menudo ha hablado de la sección oficial del Festival de Málaga como de una "foto fija" del cine español. Si es así, ¿cómo describiría el paisaje de esta foto?

-Me parece sumamente estimulante. Me ha gustado mucho gran parte del material que hemos recibido y por supuesto lo que hemos seleccionado. Hemos ido avanzando en el equilibrio entre directores veteranos, con una trayectoria ya consolidada, como Isabel Coixet, Antonio Hernández y Joaquín Oristrell; y el foco más próximo al cine de autor, con directores con un presente muy interesante y a la vez con una enorme carga de futuro, como Jonás Trueba, Zoe Berriatúa y Daniel Guzmán. Todos ellos tienen una mirada determinada, una manera de concebir el cine que abre caminos muy interesantes para el futuro. Ellos serán los protagonistas del cine español a corto y medio plazo. Este panorama se completaría con la sección Zonazine, a la que hemos dado especial relevancia en esta edición después de doce años de trabajo. Queremos que se vea en las siete propuestas que la conforman unas señas de identidad muy serias para el cine español, con películas que buscan nuevos caminos, que indagan en registros inéditos para contar historias muy contemporáneas. Estos trabajos deben ser tenidos en cuenta en esa foto fija como argumentos demostrativos de un talento incontestable.

-¿Ha cambiado la percepción del festival por parte de la industria en los últimos años? ¿Se cuenta más con él como trampolín?

-Si tuviéramos que valorar esto por el interés que hemos pulsado en el sector, te diría que la percepción ha mejorado sobremanera. El festival ha ganado en utilidad y coherencia para el cine español, y en este sentido se considera un instrumento muy importante para su divulgación, lo que se debe, en gran medida, al eco informativo que el festival genera. El festival tiene mucha capacidad de amplificar lo que aquí se ve, lo que llega aquí se ve en todas partes, y eso, evidentemente, despierta mucho interés. También es el festival un agente decisivo en la proyección mundial del cine español; de hecho, estamos por segundo año en el Plan de Internacionalización de la Cultura Española (PICE), lo que, entre otras cosas, nos permite traer a Málaga a directores de otros festivales de cine de todo el mundo. Mantenemos además nuestros acuerdos con el Instituto Cervantes, que proyecta los documentales del festival en sus diversas sedes. Por no hablar de nuestra relación con Latinoamérica, cuya industria cuenta con Málaga como un aliado para llegar a Europa.

-¿Qué ha resultado más determinante a la hora de mantener las actividades con menos inversión pública, la austeridad o la incorporación de patrocinadores?

-Llevo 30 años en la gestión cultural y siempre me he movido por criterios de eficiencia, por la capacidad de rentabilizar al máximo los recursos. Hemos intentado aplicar esta máxima al festival, siendo más analíticos con los contenidos, abriéndonos a la licitación pública en los grandes gastos para así ajustarnos a los precios del mercado y priorizando lo que entendíamos que tenía que ir creciendo. En el apartado de ingresos hemos aplicado el mismo criterio de eficiencia, manteniendo patrocinadores e incorporando otros nuevos que se estrenan este año y nos permiten contar con esfuerzos adicionales para poner en marcha nuevas actividades y recuperar la fiesta de clausura.

-¿Y la financiación del cine español, cómo se arregla?

-El cine español está en un buen momento, pero hay cuestiones pendientes de resolución. Está claro que la noticia de una posible bajada del IVA cultural de manera relativamente próxima es buena, porque la mejora de la fiscalidad anima al consumo y a la producción. En este sentido, yo pediría al Gobierno más esfuerzos, que debemos asumir todos, para que la fiscalidad sea definitivamente la más favorable. Por lo demás, en el ámbito internacional hay diversos sistemas de la industria cinematográfica que podrían servirnos de modelo, como el francés o el mexicano, que es muy dinámico y facilita mucho el mecenazgo. Todo esto debe seguir debatiéndose, necesitamos un modelo mejor regulado y más positivo a la hora de que un productor decida invertir su dinero. Pero no todo el futuro del cine español pasa por la fiscalidad.

-Explíquese.

-Hace falta adaptar el medio a los sistemas digitales, tanto en la producción como en la exhibición y la distribución. Se está produciendo una reconversión vertiginosa, están cambiado todos los usos y no se está reflexionando mucho sobre a dónde nos conduce todo esto, no sabemos nada de plazos ni nos hemos parado a medir los tiempos. Habría que hacerlo para contar con todas las garantías. Es mucho lo que hay en juego.

-¿Qué objetivos conviene asumir para los próximos 18 años?

-Yo señalaría esencialmente tres: reforzar los vínculos con el sector del cine español, avanzar hacia un festival de cine en español y mejorar la ubicación del festival en un entorno digital, sin soportes físicos. Pero nuestras ideas fuerza seguirán siendo Málaga y el cine: trabajaremos para tener más de lo uno y de lo otro y para que ambos establezcan una alianza, se conozcan y se quieran. En eso estamos.

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