Todos cuentan ya los días para el comienzo el domingo de la nueva temporada de Fórmula 1 con el Gran Premio de  Australia, donde los primeros pilotos y mecánicos matan el tiempo que falta antes de que el semáforo verde se encienda  con gimnasia en las playas de Melbourne.  

Tras más de cuatro meses sin carreras, la competición se prepara, impaciente por el retraso, para arrancar los motores y Fernando Alonso caliena el duelo con el alemán Sebastian Vettel, actual campeón,asegurando que busca revancha "El título mundial será mío a finales de año y así será también en 2012, 2013 y en los años sucesivos", afirmó  

El piloto de Ferrari reconoció que cuando perdió el título en la última carrera de 2010 necesitó "dos o tres días" para pensar sobre ello, pero recalcó que ahora ha encontrado nuevas motivaciones. "Para mí, sólo hay una forma de saciarme, y es ganando. ¿Cómo me voy a sentir si pierdo?", dijo el asturiano, que añadió que en Ferrari ganar es siempre una especie de obligación: "Es como una ley no escrita. Para mí y para el equipo".  

Mientras tanto, el propietario de Red Bull, Dietrich Mateschitz,  se mostró seguro de que la presión por retener el título no será ningún problema para Vettel. "A los buenos deportistas, y entre ellos se encuentra Sebastian, la presión los estimula más que empujarlos al fracaso", dijo el manager.

Tanto para Vettel como para Red Bull, la prolongación del  contrato hasta 2014 fue "el paso adecuado", subrayó. "Primero, para que él pueda tener tranquilidad por lo menos por un tiempo, pero también para que las otras escuderías pusieran fin a esa caza que en parte llegó a rozar la frontera de lo razonable", aseguró.

"Ya realizamos bastantes pruebas; ahora queremos disputar de nuevo carreras", dijo el campeón mundial alemán en vísperas del  primer gran premio del año.  

También Michael Schumacher planea atacar a fondo después de su discreta actuación en el año de su retorno a la competición. El alemán, de 42 años, ganó cuatro veces en Albert Park y emprendió ayer el viaje al otro confín del mundo con ganas de recuperar su hegemonía, mientras que su compañero de equipo en Mercedes, Nico Rosberg, y Timo Glock llegaron ya a Australia. El mejor tiempo obtenido en Barcelona en los ensayos finales, infunde optimismo a la estrella de Mercedes y a su escudero en el equipo: "Estamos en buenas condiciones", opinó Rosberg, de 25 años, que agregó: "Viajo con antelación para aclimatarme al cambio de horario y para hacer entrenamientos en la playa".  

Algo similar planea el piloto de Marussia-Virgin Timo Glock, quien el viernes, el día que cumplía 29 años, se subió al avión. Después de que una operación de apendicitis le impidera participar en los tests de Barcelona, quiere aprovechar los últimos días en Melbourne con su fisioterapeuta.  

Finalmente, el ídolo local Mark Webber apretó ya el acelerador de su Red Bull para alegría de centenares de aficionados a la Fórmula 1, pues cruzó con su bólido el famoso Bolte Bridge, uno de los puentes más característicos de Melbourne.