Los pilotos de Fórmula 1 han protestado contra la medida prevista por la Federación Internacional del Automóvil (FIA) respecto a una posible subida de la superlicencia, con la que necesitan competir.

La Asociación de pilotos ha aconsejado a estos que aún no firmen las licencias para este año a la espera de conversaciones pendientes con la FIA y en especial con su presidente Max Mosley que calificó las quejas de los pilotos como "tonterías".

Además, el máximo mandatario de la FIA no dejó esperanza alguna para el acuerdo tras las acusaciones que realizó hacia los pilotos a los que pidió que confesasen el total de sus ingresos, a lo que la Asociación de pilotos respondió con una tajante negativa.

Por su parte, los pilotos aseguran que la FIA tiene ingresos suficientes con sus derechos comerciales como para aumentar de una forma tan considerable las superlicencias, que según ellos van a parar a la financiación de los gastos de la Federación presidida por Mosley.

Uno de los pilotos que más notarían esta subida sería el actual campeón de Formula 1, Lewis Hamilton, que no es miembro de la Asociación de pilotos, y ve aumentado el coste de su licencia para competir hasta los 270.000 dólares (Unos 200.000 euros).