La ruptura sentimental entre la reina del pop y Guy Ritchie era una crónica anunciada ya que, este mismo verano, los medios se hacían eco de que Madonna mantenía una relación paralela con Álex Rodríguez, una estrella del béisbol que juega en los Yankees de Nueva York. La ambición rubia se apresuró a desmentir los rumores, pero al poco tiempo se hizo pública la noticia de Cynthia, la mujer del deportista, había decidido poner tierra de por medio y se había marchado con sus maletas al apartamento parisino de su amigo Lenny Kravitz. Este hecho potenció las pesquisas de los paparazzis, que buscaban algún indicio que demostrara lo que ya sabía todo Hollywood, que el último matrimonio de Madonna hacía aguas por todos lados. Ahora, con el comunicado oficial bajo el brazo, le queda un largo proceso judicial que afrontar, porque su infidelidad podría salirle cara. Si la cantante no firmó  un acuerdo económico con su marido antes de casarse,  podría verse obligada a compensarle con 100 millones de libras (unos 126 millones de euros).

Otro “adicto al sexo” –no sabemos si extramarital o no– que pasa por la misma situación es el actor David Duchovny, que después de varios meses sin vivir bajo el mismo techo, ha decidido separarse de Tea Leoni, con la que tiene dos hijos.