Pasarela

"La fama me halaga pero no da trabajo"

  • Iván Sánchez, un 'guapo oficial' amante de las terrazas y de los puros Habanos.

Tiene 38 años y, en este momento de madurez, Iván Sánchez puede presumir no solo de ser uno de nuestros actores más atractivos sino de los más solicitados desde medios como la televisión, donde ha protagonizado series como Hospital Central o Hispania. Padre de dos hijas, Jimena y Olivia, fruto de su relación con Elisa Galera -concluida, en principio, hace unos meses-, este madrileño prefiere no comentar una vida sentimental que transcurre de forma muy discreta. Algunos hablan de posible reconciliación, otros apuntan a que el corazón de Iván busca nuevos destinos… Él, igual que cantaba Raphael, lanza al aire, con su silencio, la mítica pregunta de ¿Qué sabe nadie?

-No estamos acostumbrados a verle con un Habano en la mano… ¿Fuma?

-En casa no. Solo lo hago fuera para romper la rutina. Para mí no es lo cotidiano pero sí me aporta un momento de relax. Es una forma de celebrar algo.

-Fíjese que yo pensaba que lo de los puros era para las bodas…

-Hombre, las bodas es lo típico. En general parece que el Habano se ha vuelto a poner de moda y, si puede ser con un gin tonic y amigos, mejor.

-En la época romana no conocieron estos placeres, ¿verdad?

-(Risas) Desde luego. Ahora estamos inmersos con Imperium, el spin off de Hispania. Ahí vamos con faldas, que es una comodidad que los hombres hemos perdido. Es un rodaje muy divertido y que me gusta mucho por lo histórico.

-¿Somos hoy día muy diferentes a como éramos entonces?

-Yo te diría que no aunque tampoco soy ni un estudioso ni un especialista. Sí hay parcelas en las que hemos ganado, como en lo de la esclavitud la cual, por suerte, hoy no existe. Los poderosos eran los que podían permitirse tener amantes con lo que, insisto, no hemos cambiado tanto. Quienes tenían calidad de vida eran los ricos (risas).

-¿Deja que sus hijas tengan acceso a estos contenidos televisivos?

-Ellas ven lo que les enseñamos pero, cuando se emiten estas producciones ya están dormiditas.

-Hay intérpretes que, a partir de ser padres, eligen los proyectos en los que participan con más cuidado… ¿Usted?

-Respeto la opinión de que cada uno construya su carrera en función de lo que considere. Tenemos la suerte de mostrar lo que hay y, además de entretener, podemos hacer pensar. Una de esas reflexiones es, por ejemplo, hacia dónde nos lleva y qué provoca la violencia.

-Más allá posee uno de nuestros físicos masculinos más admirados…

-Ni me agrada ni me desagrada. Es parte del trabajo y siempre lo he llevado bien. Lo bonito siempre es bonito y, cuando irradias respeto, al final lo recoges. La fama me halaga pero no da más trabajo. Me importa el día a día. Un guión, compartir con el equipo vivencias. El resto no lo controlamos .

-Igual que a la prensa rosa , ¿no?

-Es que ahí ni me entero, ni entro. Son noticias sobre las que no me pronuncio. Todo deja un peso en la mochila pero lo que cuenta es que estoy haciendo lo que quiero hacer. No me interesa el estrés añadido (risas).

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