Pasarela

De la mina al palacio de Buckingham

  • Kate Middleton es la primera futura reina con raíces modestas en Inglaterra. Su abuelo materno era minero y el paterno, piloto. Sus padres ascendieron con una empresa propia.

El destino de Kate Middleton, descendiente de mineros llamada a convertirse un día en reina de Inglaterra por su boda el 29 de abril con el príncipe Guillermo, suscita admiración en un país donde su familia es vista como un símbolo de ascensión social.

"Los Middleton son muy interesantes porque ofrecen un ejemplo de movilidad social a través de las generaciones en un país obsesionado por las clases sociales", estima Diane Reay, socióloga de la Universidad de Cambridge. En tres generaciones, los Middleton protagonizaron una ascensión meteórica en una nación donde esa movilidad es más difícil que en Europa continental, según la investigadora.

La futura princesa tiene raíces modestas. Por el lado materno, su bisabuelo Thomas Harrison abandonó las minas de carbón del norte de Inglaterra para probar suerte en Londres. Del paterno, la familia escaló los peldaños de la clase media incipiente en el siglo XIX: comerciantes, empleados de notaría, de banca y finalmente piloto en el caso del abuelo.

Los padres de Kate trabajaron en British Airways, él como programador de vuelos y ella de azafata, antes de hacer fortuna con su propia empresa de venta de todo tipo de artículos para fiestas, Party Pieces, fundada en 1987. Pero eso no les convierte en miembros de la upper class (clase alta), recuerda la prensa, ávida de cualquier signo que lo confirme. La madre de Kate, Carole, fue sorprendida en una ocasión preguntando por el toilet, una palabra inexistente en el vocabulario de la gente de alcurnia. Toilet figura entre los 'siete pecados capitales' definidos por la antropóloga Kate Fox (Watching the English), es decir siete vocablos cuyo uso delata la no pertenencia a la clase privilegiada.

Carole también fue criticada por mascar chicles de nicotina en la ceremonia de graduación de Guillermo como oficial de la academia militar de Sandhurst. En cambio, Kate, educada en los mejores colegios del país, no ha cometido ningún desliz.

Cuando se hicieron millonarios, los Middleton decidieron enviar a sus tres hijos a Marlborough College (30.000 libras anuales en la actualidad), una selecta escuela privada en la que también estudiaron la esposa del primer ministro, la aristócrata Samantha Cameron, y la princesa Eugenia, prima hermana de Guillermo.

"El sistema de colegios privados es lo que encarna aquí, a diferencia de otros países europeos, la clase y el privilegio", explica Diane Reay. Sólo el 7% de los británicos estudia en los centros privados prestigiosos, pero el 70% de los miembros del actual gobierno fueron a esos colegios. Para Diane Reay, "hoy igual que a comienzos del siglo XIX, los que salen de las escuelas privadas dirigen los estratos más altos de la sociedad, en la cultura, la política, la justicia, los negocios".

Sorprendentemente, en una reciente encuesta (Britain Thinks), 7 de cada 10 británicos decían pertenecer a la clase media y ninguno a la clase alta. Pero el 7% se consideraba 'clase media alta', exactamente la misma proporción que los que estudian en escuelas privadas. "La gente tiene la sensación de que hay que pelear para mantener su posición" y "hay mucha angustia social en la clase media", dice recordando que entre el 25 y el 30% de los licenciados universitarios tiene un trabajo inferior a sus capacidades.

"Los Middleton han tenido mucho éxito socialmente. Hoy sería mucho más difícil", concluye esta socióloga.

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