DERBI Betis y Sevilla ya velan armas para el derbi

Sevillanas ilustres

Catalina de Ribera, la noble que impulsó algunos de los principales edificios de Sevilla

Retrato de Catalina de Ribera en el monumento en su honor, realizado por Manuel de la Cuesta y Ramos

Retrato de Catalina de Ribera en el monumento en su honor, realizado por Manuel de la Cuesta y Ramos / CarlosVdeHabsburgo/Wikimedia

En las calles de Sevilla han vivido, a lo largo de su historia, notables personas que cambiarían más o menos la forma de la ciudad y unirían sus nombres para siempre a la de la urbe. En este caso, Catalina de Ribera fue una de las mujeres que cambiaron Sevilla y, en su momento, mejoraron la ciudad, dotando a Sevilla de algunos de los más conocidos edificios de la misma.

Vida y obra de una noble sevillana

Catalina de Ribera nació en Sevilla en el año 1447. Fue la segunda hija de Per Afán de Ribera, I conde de los Molares y III adelantado y notario mayor de Andalucía, y María de Mendoza. 

Su hermana mayor, Beatriz de Ribera sucedió en los estados de su padre y se casó con Pedro Enríquez de Quiñones. Y a su muerte, este noble castellano (quien también fue adelantado mayor de Andalucía) se casaría con Catalina de Ribera en segundas nupcias en el año 1474. La pareja tendría dos hijos varones.

La pareja compró el Palacio de las Dueñas en 1483, que ampliaron e hicieron su hogar. Ese mismo año compraron también la hacienda de Quinto, a las afueras de Sevilla, que Catalina de Ribera terminaría convirtiendo en un latifundio al adquirir parcelas colindantes, que estaría en poder de sus descendientes hasta el siglo XVIII.

Sin embargo, puede que una de sus aportaciones más importantes a la ciudad de Sevilla fueran las siguientes: a finales del siglo XV, junto con su marido, comenzó la construcción de la Casa de Pilatos. El palacio se convirtió en el segundo más grande de la ciudad, por detrás de los Reales Alcázares.

El Hospital de las Cinco Llagas

El Palacio de Pilatos no fue el único de sus grandes proyectos, puesto que, después de enviudar en 1492, Catalina de Ribera consiguió una bula pontificia para crear en Sevilla un hospital de caridad para los pobres. El hospital fue fundado junto con su primogénito, Fadrique Enríquez de Ribera, y recibió el nombre de Hospital de las Cinco Llagas, aunque también se le conoció como Hospital de la Sangre y comenzó a funcionar en el año 1500. 

En un principio el hospital se situó en la calle Santiago, pero por motivos de salubridad, Fadrique Enríquez Ribera decidió su traslado en 1559 a lo que entonces era el norte de la ciudad, en el actual barrio de la Macarena. En un principio fue pensado para ser un hospital para mujeres, pero que recibirá también a hombres desde 1524, con la bula otorgada por Clemente VII. Y, desde mediados del siglo XVIII se convirtió también en hospicio.

El traslado del hospital a su nueva y renacentista sede lo convirtió en uno de los primeros edificios públicos en crearse fuera de la muralla medieval de la ciudad y permitió el desarrollo de lo que hoy se conoce como el barrio de la Macarena. Funcionaría como hospital hasta ser abandonado, pero en 1986 se comenzaría a planificar su restauración para su conversión en la sede del Parlamento de Andalucía. Y, aunque los trabajos de restauración no acabarían hasta casi 10 años más tarde, el antiguo hospital de Catalina de Ribera comenzaría sus nuevas funciones el 28 de febrero de 1992.

Catalina de Ribera murió en el año 1505 y en 1895 su figura fue homenajeada por la ciudad al usar su nombre para denominar uno de los paseos de los Alcázares y en 1921 se colocaría en esa zona de los jardines un monumento con su imagen.

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