La Axarquía malagueña, protegida por las sierras de Tejeda y Almijara, es el principal centro de producción a nivel nacional de uva pasa. Pero esta comarca también es tierra de vinos. De vino dulce moscatel. En las escalpadas laderas con pronunciadas pendientes y suelos pizarrosos se asientan viejas viñas en las que maduran uvas de la variedad moscatel, que una vez vinificadas dan como resultado los conocidos vinos dulces moscatel. 

La Bodega Jorge Ordóñez lleva más de una década elaborando vinos con la tradicional uva autóctona, Moscatel de Málaga. Esta bodega ha logrado volver a situar a los vinos malagueños entre los más prestigiosos del mundo y con mayores puntuaciones de los grandes expertos internacionales.

"El secreto ha sido elegir las viñas más viejas de La Axarquía, en Almachar, algunas con más de cien años. Así como recuperar los sistemas tradicionales y más naturales de elaboración de vino dulce que se utilizaban hace siglos", cuenta Victoria Ordóñez, directora de la bodega, que creó junto a su hermano Jorge, primer importador de vinos españoles exclusivos en Estados Unidos en compañía de otros socios. 

Las técnicas de cultivo y vendimia son milenarias, ya que la zona vinícola de la Axarquía malagueña cuenta con enormes pendientes, de hasta el 60 al 70% lo que hace que la vendimia sea muy complicada. Tanto que la única ayuda que tienen los vendimiadores es la de las mulas.

"En nuestro caso, utilizamos cajas muy pequeñas, de 10 kilogramos, para almacenar la uva recién cogida, para que los granos no se dañen. Dichas cajas son transportadas por las mulas. Esto da una idea de lo laboriosa que resulta la vendimia", resalta Ordóñez.

En la pasada vendimia la Bodegas Jorge Ordóñez ha recolectado cerca de 250.000 kilogramos de uva moscatel de Málaga y 8.000 kilogramos de garnacha para su Botani tinto garnacha. De la uva moscatel de Málaga que se ha recogido el 65% irá a la elaboración de su moscatel seco Botani, 14% al Botani espumoso y 21% a los dulces.

Con lo recolectado esta campaña, y según los datos aportados por Victoria Ordóñez, las estimaciones de la bodega es producir 180.000 botellas, lo que significa 30.000 botellas más que las que salieron el pasado año al mercado. 

El catálogo de vinos de la Bodega Jorge Ordóñez incluye los vinos Botani moscatel seco, Botani tinto garnacha, Botani espumoso, Moscatel naturalmente dulce Nº1 Selección Especial, Moscatel naturalmente dulce Nº 2 Victoria, Moscatel naturalmente dulce Nº 3 Viñas Viejas, Moscatel naturalmente dulce Nº 4 Esencia y Victoria ConArte. 

El Botani espumoso ha salido al mercado este año y tiene la peculiaridad de ser el primer espumoso de Málaga. Desde la dirección destacan que han notado una impresionante acogida en los primeros meses de lanzamiento. 

De todo el porfolio, y aunque la bodega valora todos los vinos que comercializa, dicen que tienen muy buena aceptación, siendo quizá sus estrellas, el Botani moscatel seco y dentro de los dulces, el nº 2. A este respecto la directora de la bodega explica: "El primero se ha convertido en un vino blanco que no puede faltar de cualquier carta de categoría y que apueste por cosas nuevas y el segundo debido a la gran fama lograda por su presencia en la Cena de entrega de los Premios Nobel 2012". 

Los vinos de esta firma malagueña están en toda España. Cualquier carta de un restaurante gastronómico de nivel tiene Botani seco y los dulces. Son vinos muy apreciados y valorados internacionalmente también. Así lo ha asegurado Victoria Ordóñez que recuerda que la bodega exporta a 30 países de todo el mundo. Estamos constantemente abriendo nuevos mercados desde la creación de la Bodega hace casi 10 años", puntualiza. 

En Europa sus vinos están presentes en Alemania, Andorra, Austria, Bélgica, Dinamarca, Francia, Holanda, Irlanda, Lituania, Polonia, el Reino Unido, Rusia, Suecia, Suiza y Ucrania. En América exportan a Canadá, México, Puerto Rico y EEUU, mientras que en el continente asiático se encuentran en Pekín, Hong Kong, Japón, Singapur y Taiwán. En África llegan a Sudáfrica y en Oceanía a Australia.

Casi diez años de trabajo, esfuerzo e ilusión en un proyecto con el que cuentan con la colaboración del enólogo austriaco Alois Kracher, número uno indiscutible de vinos dulces en su país y uno de los más reconocidos del mundo para este tipo de caldos. El balance de este tiempo es "muy positivo". "Estamos preparando la celebración de nuestro décimo aniversario muy satisfechos con los logros que hemos conseguido y multitud de planes de futuro", indica Victoria Ordóñez. 

Ente sus sueños para Málaga figura que la provincia vuelva a ser una de las grandes zonas del vino del mundo. De manera particular la satisfacción de haber creado este mismo año su propia distribuidora para Málaga, Comavi, Compañía Malagueña de Vinos, "con unos estupendos resultados y su ampliación de radio de acción también a Cádiz y Córdoba".