Emprendimiento

El campo, algo más que una salida económica

  • Ana Belén López con 19 años se puso al frente de la finca familiar. Sus aguacates y mangos se pueden encontrar en Mercadona a través de la firma Montosa.

Ana Belén López no se lo pensó dos veces cuando le tocó ponerse al frente de la finca familiar en Cajiz. Tenía sólo 19 años y mucho trabajo por delante para continuar con la labor que su padre había desarrollado durante toda su vida. Era consciente de las dificultades que podría acarrearle ser mujer y tan joven pero tuvo el suficiente empuje para convertirse en empresaria y agricultora. Y no sólo porque era una salida económica, sino porque siente pasión por la naturaleza y los cultivos que ofrece. “Lo hice por gusto y por necesidad”, recuerda. “Ahora lo pienso y cuando miro atrás me pregunto cómo lo hice. Creo que fue sin pensarlo”, sonríe Ana Belén pensando en los ocho años que lleva trabajando esta finca de doce hectáreas. Hoy produce 100.000 kilogramos de aguacates al año para Mercadona a través de la firma Frutas Montosa ubicada en Vélez-Málaga y es consciente de la estabilidad que le ha supuesto embarcarse en este proyecto. Es el primer eslabón de esta cadena, el proveedor cero. “Me llena de satisfacción ir a comprar a Mercadona y ver mis aguacates a la venta para los clientes”, añade orgullosa esta joven productora cuyos mangos también se pueden adquirir en dicho supermercado.

Su historia como empresaria tiene un origen duro. Su padre enfermó con cáncer en plena campaña de aguacate cuando tenía 19 años y ya no podía seguir dedicándose a la entregada vida del campo. Fue ella, la menor de tres hermanos quien dio el paso al frente y se hizo autónoma. “Yo estaba en el instituto y mis hermanos en la Universidad. Además yo me había criado en esta finca con mi abuelo y lo he vivido desde muy pequeña que ya recogía aguacates. Siempre me ha gustado el campo, yo no podría estar encerrada en una oficina entre cuatro paredes”, reflexiona Ana Belén quien hace apenas 40 días fue madre de un bebé. “Nunca he tenido unas vacaciones tan largas, y aun así no paro. Cuando ya deje la lactancia tendré que pensar en mi madre o en una guardería para que me eche una mano”, explica la joven agricultora para quien una de las cosas más difíciles a las que se tuvo que enfrentar fue al mando. “Lo más difícil al principio, fue todo.

Aunque estuviese aquí desde muy pequeña recogiendo aguacates no es lo mismo que verte sola aquí. Por ejemplo, tienes que buscar a los trabajadores y una de las cosas que más recuerdo es siendo una niña de 20 años, decirles a siete hombres, mayores que yo, lo que tenían que hacer”, recuerda esta empresaria que tiene a una persona contratada durante todo el año, y da empleo a otras siete durante las campañas de mango y de aguacate. Éste subtropical lo ha introducido ella con dos hectáreas en una ampliación que ha llevado a cabo en la finca. Su padre llevaba 30 años trabajando con Frutas Montosa a los que sólo abastecía de aguacates. De este cultivo, ha conseguido cambiar muchos de los árboles que ya estaban viejos. “Es un trabajo muy duro, sobre todo físicamente pero aunque tiene cosas malas me quedo con las buenas como es trabajar con la naturaleza al aire libre”, reconoce Ana Belén quien tiene largas jornadas desde muy temprano regando, abonando o cortando las malas hierbas. En campaña, toca la recogida y ahora con el sol trata de evitar las horas más duras pero siempre acaban prolongándose hasta las cuatro de la tarde, e incluso más, varios días a la semana. Tampoco existen sábados ni domingos.

“Ahora es necesario regar, en las primeras horas del día para evitar el calor. Me levanto a las siete de la mañana, y hay días que se hacen muy largos. Ahora tengo que compaginarlo con el pequeño. Me quedo hasta el mediodía, y a veces alguna tarde si hace falta…. Bueno, final siempre acabo viniendo dos o tres tardes en semana”, cuenta Anabel que ahora recién acabada la cosecha de aguacates tiene que enfrentarse a la de mangos. Éstos son de la variedad osteen y las diez hectáreas de aguacates de hass.

“Mi padre ya trabajaba con Montosa y me ayudó bastante a seguir. Yo estaba un poco perdida pero conseguí el asesoramiento de ellos que me ayudaron muchí- simo asesorándome con el abonado o el riego para cumplir los estándares de calidad”, señala esta agricultora consciente del respaldo que supone que sus aguacates y mangos estén en Mercadona bajo la marca Frutas Montosa. Ana Belén acude además a todos los cursos que tienen que ver con los productos subtropicales para mejorar su formación y profesionalizar su trabajo. “Allí me doy cuenta que es un sector donde hay pocas mujeres, apenas tres o cuatro, y ningunas tan jóvenes como yo. La idea es mejorar y optimizar, mi padre no tuvo esa oportunidad”, destaca López. “Es una buena salida económica la del campo. No tenemos vacaciones, no puedes decir me voy quince días y menos cuando se va todo el mundo como ahora en verano. Es imposible porque hay que estar muy pendiente de los riegos. Con el calor hay que regar casi todos los días o pendiente de que se rompa un motor”, comenta esta joven orgullosa de su trabajo como agricultura.

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