SEXUALIDAD MENORES

Absuelta una pareja acusada de consentir las relaciones sexuales de su hija de 10 años

  • Les pidieron 9 años de cárcel a cada uno

  • La niña declaró en falso que su novio la amenazaba con un cuchillo 

Los padres de una niña de 10 años han sido absueltos de un delito de abuso sexual, por el que les pidieron a 9 años de cárcel a cada uno, porque no se ha demostrado que supieran que la niña mantenía relaciones sexuales con su novio de 18 años.

La Fiscalía llegó a pedir 9 años de cárcel para cada uno de los progenitores y otros tantos para Francisco Javier V.M., novio de la chica, que también ha sido absuelto porque no se ha demostrado que supiese la edad real de la menor, ella nunca se lo dijo y de hecho rompió la relación afectiva que mantenían cuando se enteró.

Francisco Javier creía que la niña tenía 14 o 15 años y mantuvo relaciones sexuales con ella al menos en tres ocasiones en los primeros meses de 2015,  aprovechando que se quedaba a dormir en la vivienda de sus padres por motivos laborales, ya que les ayudaba a limpiar el jardín.

 Dado que las relaciones sexuales con un menor de 13 años se consideran no consentidas en ningún caso, la Fiscalía pidió 9 años de cárcel para los padres de la chica porque debieron conocer el noviazgo y, al romperlo, la madre llevó a su hija a la consulta de la pediatra el 9 de julio de 2015.

La niña aseguró que su “novio” sí que conocía su verdadera edad, pero la sentencia de la Audiencia Provincial de Sevilla desestima su credibilidad porque no pudo aportar más datos sobre el contexto en que se produjo esa revelación (si hablaron de ello, lo que sería lógico dada la diferencia de edad, si hablaron del colegio, de los compañeros de clase, o de la diferencia de edad de la menor con sus hermanos).

A ello se une que todo el testimonio de la niña, según los psicólogos, carecía de “persistencia y verosimilitud”, pues ofreció varias versiones de lo sucedido empezando por la forma en que supuestamente Francisco Javier logró acceder  sexualmente a ella, “amenazándola con un cuchillo”.

La sentencia recoge que, pese a lo complicado de distinguir la edad concreta de los menores de esas edades, la pediatra corroboró en el juicio que la niña tenía aspecto de 16 años y lo mismo dijeron los médicos forenses que la exploraron, que le apreciaron “un aspecto físico de 16 o 17 años”. Son por tanto “apreciaciones científicas realizadas por profesionales médicos capacitados para ello”, en opinión de los jueces.

Francisco Javier, de hecho, “rompió abruptamente la relación” y se fue de la vivienda cuando supo la verdadera edad de la niña, aunque lo que ésta contó a la Policía es que su novio “se marchó de improviso sin saber los motivos”.

Dicen los jueces que nada indica que la madre conociese de antemano las relaciones sexuales que mantenía su hija y solo lo supo cuando ella le reveló que habían roto y decidió llevarla al pediatra “por miedo a que su hija hubiese contraído una enfermedad de transmisión sexual o estuviese embarazada”.

Pero incluso cuando acudió a la pediatra lo hizo porque “no tenía claro lo que había ocurrido porque su hija había cambiado de versión, primero le dijo que fue con una navaja, y no le merecía total credibilidad”. La madre “no quería generar enfrentamientos con la familia de Francisco Javier motivado por una denuncia que no se atuviera a lo realmente ocurrido”.

El padre supo menos todavía porque su esposa no se lo contó hasta varios meses después y además “no le dijeron nada porque temían su reacción y estaba enfermo”, según la sentencia de la Audiencia.

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