La colmena

Magdalena Trillo

mtrillo@grupojoly.com

El club del aguacate

Hasta las 'influencers' se han atrevido a prescribir fármacos con la misma frivolidad que un vestido y un perfume

Cuánto engorda el aguacate? ¿Cuáles son sus propiedades? ¿Que nos aporta y para qué sirve? Aparte de las "mejores recetas", las tostadas más saludables y "los 7 desayunos que arrasan en Instagram", todo esto nos sugiere Google si queremos comprender qué pasa ahora con el aguacate. Por qué los bares están haciendo más caja por las mañanas que por la noche y por qué hay toda una legión de fanáticos de este sabroso producto tropical.

Si hasta el consejero de Salud ha confesado públicamente que lo primero que hizo en agosto cuando saltó la alerta de la listeria fue "buscarlo en Google", creo que todos podemos permitirnos una pequeña cuota de culpabilidad -¿más inocencia que ignorancia?- de por qué estamos dejando nuestras vidas en manos del gigante de Palo Alto. Y hasta de unas imparables influencers que se han atrevido con la prescripción de fármacos con la misma frivolidad con que te recomiendan un vestido, un perfume y un cosmético.

(Sólo) he tardado un par de semanas en caer. Me acabo de cambiar el color de pelo, me he puesto esmalte de uñas permanente y he decidido actualizar los propósitos de año sin tirar directamente a la papelera los mensajes que me bombardean por correo, redes y Whatsapp advirtiéndome de que adelgazar, ir al gimnasio, aprender inglés, dejar de fumar y cambiar de trabajo es de carcas. Que ahora hay que apuntarse a las tostadas con aguacate, olvidarse de los plásticos, probar el batchcooking y ser más body positive.

A ver, con el toque cool que nos dan los anglicismos, casi podríamos elegir entre una tarde de catecismo y una clase de la Filosofía del antiguo COU: aprender a mejorar la autoestima, encontrar el sentido profundo del "ser humano", cocinar sin desperdiciar comida -¿no es lo que han hecho nuestras abuelas toda la vida?- y, por indicación expresa de los mejores psicólogos del mundo, "disfrutar más intensamente de la vida, tener cero complejos, adquirir carisma, desactivar a las personas difíciles y acabar con todos los miedos". ¿Dónde firmamos?

El problema es que la realidad es tozuda y hasta la Universidad de Scranton se ha entretenido en demostrarnos científicamente que el 75% abandona en una semana, el 64% lo hace un mes después y sólo hay un 8% de cumplidores.

Como soy consciente de mis limitaciones y confío bien poco en la Cumbre de Davos, me apunto al club del aguacate. ¿No es de sabios ser pragmáticos?

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