Tres antiguas necrópolis de Málaga que puedes visitar: historia, naturaleza y legado milenario
Las Aguilillas de Campillos, Bobastro y Castillépolis revelan el pasado más remoto de la provincia
Campillos, Ardales y Pizarra guardan vestigios milenarios que fusionan historia, arte y naturaleza
Tumbas excavadas en la roca, basílicas ocultas y paisajes naturales únicos en el interior de Málaga
La provincia de Málaga guarda en su interior rincones donde el tiempo parece haberse detenido. Espacios en los que la historia, la naturaleza y el silencio conviven en perfecta armonía. Las antiguasnecrópolismalagueñas son parte esencial de ese patrimonio poco conocido, lugares que combinan la huella de las civilizaciones pasadas con la serenidad de paisajes naturales únicos.
A menudo situadas lejos del bullicio urbano, estas antiguas zonas de enterramiento ofrecen al visitante un entorno evocador y lleno de significado. Son enclaves donde las piedras cuentan historias de miles de años, y donde el visitante puede reflexionar, desconectar y conectar con la memoria más remota de la humanidad. En Málaga, tres de estas necrópolis destacan por su valor histórico y su integración en el paisaje: las Ruinas de Bobastro en Ardales, la Necrópolis de las Aguilillas en Campillos y el yacimiento de Castillépolis en Pizarra.
Bobastro (Ardales): la huella de Omar ibn Hafsún y el misterio de la roca
En el corazón del Parque Natural del Guadalteba, las RuinasdeBobastro se alzan como un testimonio excepcional de la historia medieval de Málaga. Este enclave, estrechamente vinculado a la figura de Omar ibn Hafsún, combina leyenda y realidad en un paisaje de impresionante belleza natural.
Bobastro fue durante casi medio siglo el bastión de IbnHafsún, quien se rebeló contra el poder omeya de Córdoba. En este lugar excavó una basílica cristiana directamente en la roca, un monumento único en el contexto de Al-Ándalus por su simbolismo y su compleja estructura arquitectónica. Tras la conquista del enclave por Abderramán III, los monumentos cristianos fueron destruidos, y según las crónicas, los cuerpos enterrados en el lugar fueron exhumados.
La leyenda cuenta que, al hallar la tumba de IbnHafsún, su cuerpo estaba orientado hacia La Meca, lo que alimentó las teorías sobre su conversión final al islam. Más allá de los relatos, lo cierto es que Bobastro constituye uno de los espacios históricos más sugerentes de la provincia, rodeado de un paisaje natural de sierras y cortados que invitan a la contemplación.
Necrópolis de las Aguilillas (Campillos): el reposo eterno del Calcolítico
A escasa distancia de Ardales, en Campillos, se encuentra la NecrópolisdelasAguilillas, uno de los yacimientos funerarios más antiguos de la provincia. Situada en la confluencia de los ríos Guadalteba, Guadalhorce y Turón, esta necrópolis data del CalcolíticoFinal y el BronceInicial (entre el 2100 y el 1900 a.C.) y se levanta sobre un promontorio del Mioceno, a unos 500 metros de altitud.
El conjunto está formado por siete estructuras excavadas en la arenisca, con corredores que conducen a cámaras principales. Estos espacios, interpretados simbólicamente como un regreso al vientre materno, reflejan la cosmovisión de las antiguas comunidades que habitaron la zona. En su interior se han hallado ajuares funerarios compuestos por cerámicas, amuletos, adornos y algunas de las primeras herramientas de metal de la comarca, como puntas de lanza de cobre.
Las Aguilillas forma parte del conjunto arqueológico del Guadalteba, junto con Bobastro y la CuevadeArdales, tres ejemplos notables de la arquitectura troglodítica del interior malagueño. Según los estudios, esta necrópolis estuvo probablemente asociada al poblado de El Castillón, lo que refuerza su importancia dentro de la red de asentamientos prehistóricos de la zona.
Castillépolis (Pizarra): un legado mozárabe tallado en piedra
En el municipio de Pizarra, el yacimientodeCastillépolis ofrece otra perspectiva del pasado malagueño, con restos que abarcan desde la época romana hasta la etapa mozárabe. En sus inmediaciones se han hallado vestigios de antiguos cristianos que vivieron bajo dominio andalusí, contemporáneos de otras comunidades cercanas del Valle del Guadalhorce.
El enclave, aún en proceso de estudio arqueológico, conserva viviendas y tumbas excavadas en la roca, además de una antigua cantera. Su emplazamiento, en plena montaña, no solo le otorgaba valor defensivo, sino también un entorno natural privilegiado. Desde su acceso, a través de un sendero que serpentea entre colinas y formaciones pétreas, se comprende la elección del lugar por parte de sus antiguos habitantes.
La labor artesanal realizada sobre la piedra hace más de doce siglos sigue siendo visible hoy, testimonio del ingenio y la dedicación de quienes poblaron este rincón de la provincia. Castillépolis, además de su relevancia arqueológica, se integra en un entorno donde la naturaleza y la historia se funden en un mismo escenario.
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