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Con la llegada del otoño, los bosques malagueños se transforman en un mosaico de colores y aromas donde las setas se convierten en las auténticas protagonistas. La provincia de Málaga, con su diversidad de paisajes y microclimas, ofrece un entorno privilegiado para la recolecciónmicológica, una práctica que combina naturaleza, conocimiento y respeto por el medio ambiente. Desde los Montes de Málaga hasta la Sierra de las Nieves, el territorio malagueño brinda a los aficionados a las setas un escenario ideal para adentrarse en los secretos del mundo fúngico.
La afición por la micología ha crecido en los últimos años, y Málaga se ha consolidado como uno de los destinos más destacados de Andalucía para disfrutar de esta actividad. Sin embargo, la recolección de setas exige prudencia y conocimiento, ya que muchas especies son comestibles y deliciosas, pero otras pueden resultar tóxicas o incluso mortales.
Antes de aventurarse en el campo, es esencial distinguir las especies comestibles de las venenosas. Algunas presentan similitudes tan grandes que ni siquiera los expertos dudan en ciertos casos. Por eso, la norma fundamental es no recolectar ninguna seta que no se conozca con certeza.
El respeto por la naturaleza es otro aspecto clave. Los micólogos recomiendan usar cestas de mimbre en lugar de bolsas de plástico, ya que el mimbre permite que las setas se mantengan aireadas y, además, facilita la dispersión de esporas, ayudando a la regeneración del ecosistema.
También se aconseja una recoleccióncuidadosa, girando suavemente la seta desde la base o cortándola con una navaja pequeña para no alterar el micelio, la parte subterránea que permite que vuelvan a brotar en el futuro. Mantener intacta la hojarasca y el suelo es fundamental para preservar la riqueza natural de los bosques malagueños.
La provincia alberga varios enclaves donde la humedad, la altitud y la vegetación crean las condiciones perfectas para el crecimiento de hongos. Cada zona ofrece su propio encanto y una amplia variedad de especies.
La Sierra de las Nieves, declarada Parque Nacional, es uno de los principales escenarios para la recolección de setas en Málaga. Localidades como Ojén, Tolox, Yunquera o El Burgo cuentan con pinares y bosques de castaños donde el otoño se manifiesta en toda su plenitud. En estos parajes húmedos y sombríos crecen ejemplares muy apreciados, aunque algunos son tan escasos que los aficionados optan por no recolectarlos, contribuyendo así a su conservación.
Además de su riqueza fúngica, esta zona destaca por sus paisajes, rutas forestales y pueblos blancos que conservan la esencia de la serranía malagueña.
A pocos kilómetros de la capital, los Montes de Málaga representan un paraíso cercano para quienes buscan combinar senderismo y micología. Entre sus pinares, especialmente tras las primeras lluvias del otoño, brotan especies como el níscalo, una de las más populares y fáciles de identificar por su color anaranjado y su sabor característico.
Sus senderos, miradores y áreas recreativas convierten a esta zona en un enclave perfecto para disfrutar del paisaje y la gastronomía de temporada. Desde los caminos que serpentean por el parque se pueden contemplar vistas panorámicas del mar Mediterráneo y de la ciudad de Málaga.
En el extremo oriental de la provincia, las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama ofrecen un entorno montañoso de gran valor ecológico. Sus bosques de encinas y pinares, atravesados por arroyos y barrancos, son terreno fértil para el rebozuelo, la Trompeta de los muertos y el Boletusaereus, entre otras especies.
Debido a la altitud de la zona, las heladas pueden adelantarse, por lo que la mejor época para recolectar suele ser a comienzos del otoño. La combinación de paisaje agreste, silencio y abundancia micológica convierte a estas sierras en uno de los destinos más atractivos para los amantes de la naturaleza.
La Serranía de Ronda es otro de los refugios micológicos más conocidos de Málaga. En lugares como Cortes de la Frontera y sus alrededores, los bosques de castaños y pinos acogen una gran variedad de setas, entre ellas la angula de monte, el parasol y distintas especies de boletus.
Durante el otoño, esta zona combina la recolección de setas con otras actividades tradicionales, como la recogida de castañas. Los contrastes de color en el paisaje y el ambiente serrano hacen de la Serranía de Ronda un espacio único para descubrir la relación entre cultura rural y naturaleza.
La riqueza micológica malagueña se refleja en la diversidad de especies que pueden encontrarse a lo largo del territorio. Algunas de las más representativas son:
La práctica de la micología en Málaga no solo supone una oportunidad para conocer la naturaleza, sino también una forma de fomentar el respeto por ella. Recolectar solo las especies necesarias, evitar remover el suelo y dejar intactos los ejemplares dudosos son acciones que garantizan la sostenibilidad de este recurso natural.
Málaga, con su diversidad de sierras, bosques y montes, ofrece un verdadero tesoro para quienes se acercan al fascinante mundo de las setas. Cada otoño, la provincia se convierte en un laboratorio natural donde aprender a observar, identificar y valorar la riqueza biológica que la hace única.
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