La Audiencia de Málaga ha absuelto de un delito de estafa al dueño de una inmobiliaria denunciado por su socio porque aportó 45.000 euros para crear una franquicia en Benalmádena y después no se llegó a formalizar su entrada en el negocio.

El denunciante, José P., y el denunciado, José Manuel C., se habían conocido trabajando en una discoteca. Al quedar ambos en el paro el segundo decidió montar una inmobiliaria en el puerto deportivo de Benalmádena. A pesar de que la sociedad arrojaba pérdidas, el denunciante apalabró con su antiguo amigo montar otra oficina en Arroyo de la Miel y hacerse cargo en exclusiva del territorio de Benalmádena. A cambio debía aportar 48.000 euros que logró gracias a préstamos a nombre de dos sociedades. Esta oficina estuvo funcionando desde comienzos de 2005 hasta diciembre de ese mismo año, cuando fue desahuciada. Durante este tiempo, además habían surgido disputas entre los dos socios por diferencias con el contenido del contrato que debían formalizar.

El fracaso del negocio arrojó unas pérdidas de 180.000 euros, procedentes tanto de créditos bancarios como de pagos pendientes con los trabajadores de los que es acreedor el denunciado, o sea José Manuel C.

El tribunal precisa por una parte que no es competente para dirimir cuestiones societarias, al tiempo que aclara que no se dan los elementos necesarios para poder considerar los hechos constitutivos de estafa.