Huelga de basura

"Alcalde, échalos"

  • Unos 300 vecinos y representantes del sector turístico y hostelero se concentraron ayer en el Ayuntamiento para criticar a los empleados de Limasa.

El sábado y el domingo por la tarde, entre otros días, en la puerta del Ayuntamiento había unas 200 personas gritando "alcalde dimisión". Ayer por la mañana, en el mismo sitio, unas 300 personas exigían todo lo contrario y aplaudían la labor de Francisco de la Torre. "Alcalde, échalos", fue una de las frases más repetidas. Los primeros eran empleados de Limasa y los segundos ciudadanos y representantes del sector turístico y hostelero malagueño. Cada uno, lógicamente, defendía sus intereses. Es parte de la locura que está viviendo la ciudad en estos días por la huelga de recogida de basura.

Representantes del sector turístico y hostelero y colectivos vecinales convocaron ayer una concentración en la puerta del Ayuntamiento para, por una parte, criticar a los empleados del servicio de limpieza y, por otra, dar su apoyo al equipo de gobierno, encabezado por De la Torre. La cita era a las 11:00 y se palpaba la tensión. De hecho, el acto empezó con bronca. Había dos personas, pertenecientes a la plataforma Stop Represión, con una pancarta apoyando a los trabajadores de Limasa. Empezaron a discutir con los asistentes a la concentración y, entre grito y reproche, acabó habiendo empujones e incluso algún intento de agresión. Finalmente no llegó la sangre al río, aunque fue un inicio acelerado.

Posteriormente, varios de los representantes sociales que organizaron el acto, entre los que se encontraban José Cobos, propietario de El Pimpi; Francisco Moro, vicepresidente de la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos); Jorge González, director del hotel Málaga Palacio; o Rafael Prado, propietario del café Central, entre otros, se colocaron en la misma puerta del Consistorio tras una pancarta y, como símbolo, se taparon la boca con unas mascarillas. Cobos aseguró que el sector hostelero está "harto" y acusó a los empleados de Limasa de no ser "solidarios". "Nos ha costado muchísimo construir Málaga y no vamos a permitir que la destruyan en dos semanas. No lo vamos a consentir, nos cueste lo que nos cueste", comentó. En la misma línea se expresó Moro, quien añadió que "todos los turistas empiezan a preocuparse, sobre todo cuando se ve que por las noches se están quemando contenedores. Nadie quiere enfrentamientos ni ir a una ciudad en la que pueda haber problemas. Necesitamos que esto se termine de una vez y que respeten a los demás. Si ellos no quieren trabajar que dejen trabajar al resto".

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Por su parte, Sergio Cuberos, presidente de la Asociación de Polígonos de Málaga, destacó que hay "puntos que están muy mal", sobre todo en el polígono Santa Teresa "donde hemos quitado los residuos de la calle y los hemos puesto en el campo y eso da lugar a muchas ratas". Este empresario, propietario de la cadena de supermercados Maskom, afirmó que habían contratado un servicio de limpieza en los polígonos pero no pudieron trabajar al recibir amenazas. "Teníamos contratados varios camiones para retirar residuos en algunos puntos de concentración y esta mañana [por ayer] los camioneros nos dijeron que no, que les habían llamado por la noche y entendían que era un peligro", subrayó.

El ambiente se fue caldeando cada vez más. "Fuera Limasa", "chorizos", "no al chantajismo", "cobráis más que los médicos y ellos salvan vidas" o "Málaga está que apesta y ellos quieren una cesta" fueron algunas de las frases o de los carteles que se podían leer. De pronto, los asistentes empezaron a gritar "alcalde, échalos", en referencia a los empleados, y De la Torre bajó a saludar, acompañado por el concejal de Medio Ambiente, Raúl Jiménez. El acto pasó a ser un apoyo unánime al regidor, al que le gritaron "eres nuestro alcalde". De la Torre se emocionó e hizo continuos gestos de agradecimiento. No tenía micrófono y no se pudo dirigir a los presentes, aunque sí atendió a los medios de comunicación, reiterando que era una "huelga injustificada" y que "siempre" estaba abierto al diálogo. Posteriormente bajó las escalinatas del Consistorio a dar las gracias a las personas que acudieron a la concentración, dándose un auténtico baño de masas. "Estamos contigo", le gritaban. Poco a poco se fue retirando el personal, sorteando por las calles la basura que se sigue acumulando en los contenedores.

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