Con más de 5.000 toneladas de basura amontonadas en las calles de la ciudad y tras varios intentos fallidos de encontrar una salida a una huelga que vive ya su duodécimo jornada, el Ayuntamiento de Málaga y el comité de la empresa mixta de limpieza Limasa buscaban ayer a contrarreloj un acuerdo que satisfaga a ambas partes pese al abismo que hasta el momento ha separado a unos y a otros. Si no fuera así, hoy mismo se podría decretar la situación de insalubridad pública de la ciudad, lo que implicaría la retirada con ayuda de empresas externas de las montañas de residuos acumuladas en este tiempo.

Con ese escenario en el horizonte, desde pasadas las 16:30 de la tarde, el alcalde de la ciudad, Francisco de la Torre, y los sindicatos mantuvieron un nuevo encuentro en el Ayuntamiento para tratar de acercar posturas tras el cruce de ofertas que se lanzaron ambos en las horas previas y que fueron rechazadas respectivamente. De forma lenta, tanto el Ayuntamiento y la empresa como el comité estaban consiguiendo avances y saldrían al menos con una propuesta de principio de acuerdo que luego tendrá que ser nuevamente ratificada por la asamblea de trabajadores.

Así se los hizo saber el presidente del comité de empresa, Manuel Belmonte, aprovechando el tercer receso poco después de las 21:30 de la noche, a los alrededor de 200 trabajadores que aguardaban a las puertas del Consistorio el resultado de la reunión. "Seguid confiando en nosotros porque si sale algo seréis los primeros en saberlo y se decidirá en todo caso entre todos", dijo el sindicalista, si bien advirtió que "hasta que no lo veamos bien y estemos todos a una no vamos a tomar la decisión".

Entre gritos de apoyo y de "sí se puede", Belmonte les informó de que el encuentro estaba "siendo duro, pero ahí estamos" e insistió en que su propósito era tratar de "asegurar las cuestiones importantes como las cantidades y los descansos".

Pese que ya anoche el escenario invitaba a una tímida esperanza de poner fin a esta huelga, durante las primeras horas del encuentro la tensión entre las partes era palpable y los avances lentos. Y es que el encuentro se produjo tras el rechazo del comité a la oferta que el Ayuntamiento le planteó en respuesta a otra anterior presentada por éste. La propuesta del equipo de gobierno del PP del Ayuntamiento de Málaga, que el presidente del comité tachó de "inaceptable" y de "tomadura de pelo", partía de la base de que el acuerdo que se adoptara debía inscribirse convenio para el periodo 2016-2017, principal punto de conflicto ahora puesto que los sindicatos se niegan a considerarlo como tal.

La razón que dieron es que sus abogados se lo desaconsejan, puesto que el Consistorio necesita disponer de un convenio firmado para poder sacar a concurso el nuevo contrato de la empresa que vence en abril de 2017 y que "supondría dar vía libre para su privatización". Algo a lo que el comité se opone rotundamente y ayer su presidente volvió a abogar por su municipalización, condición que pone para hablar de determinados acuerdos del convenio en conflicto como los puestos hereditarios.

Precisamente la oferta de De la Torre incluía la necesidad de terminar con ellos, así como establecer una cláusula en la que los trabajadores renuncian al ejercicio del derecho de huelga al menos durante el periodo 2016-2017 y condicionar la devolución de algunos de los derechos laborales que exigen a la resolución que finalmente resulte de la demanda de conflicto colectivo interpuesto por la empresa para que sea el Juzgado de lo Social número 12 el que determine que debe aplicarse exactamente. Si el convenio de 2010-2012 tal y como se firmó o con las modificaciones posteriores realizadas para resolver os conflictos laborales posteriores.

De hecho, en cuanto a la paga de productividad, proponía que ésta se denominará pago a cuenta de sentencia Juzgado de lo Social 12, autos 7/2016, y el importe sería de 433 euros por trabajador.

El alcalde, además, incluyó en su propuesta que los días de huelga no serán compensados a los trabajadores con horas extras una vez que acabe. Sin embargo, tal y como pidió el comité en su oferta anterior, sí aceptaba que las vacaciones de la plantilla fija para este año, fueran de junio a septiembre en grupos de 15 días y los otros 21 días en el resto del año y que descansen los sábados y domingos.

La oferta del comité, en cambio, exigía el compromiso de ambas partes de acatar las sentencias, sin ejercer el derecho al recurso, de modo que si son favorables a la parte social tendrá que aplicarse el convenio colectivo 2010-2012 publicado tal y como se publicó en su momento en el Boletín Oficial de la Provincia de Málaga. O, lo que es lo mismo, sin ninguna modificación posterior y quedando invalidado el presente acuerdo. Por si fuera poco incluye la exigencia de que la empresa no podrá realizar descuelgue del convenio, ERE, ERTE, modificaciones sustanciales de las condiciones de trabajo o laudo arbitral. Para garantizar aún más la estabilidad de la plantilla de cara al vencimiento del actual contrato de la empresa en abril de 2017, el comité quiere garantías de que se mantendrán las condiciones socio-económicas.

De la Torre dijo ayer a mediodía que "hay un montón de puntos en los que puede haber acuerdo, por lo que no hay que dar una impresión de obstáculos insalvables si efectivamente hay voluntad de acuerdo, una voluntad que nosotros siempre mantenemos abierta". Eso sí, sin olvidar, precisó, "el mensaje que los ciudadanos nos han mandado en estos días de firmeza, de no ceder y de tratar de defender los intereses de la ciudad, entre los que se encuentra la finalización de la huelga, pero no a cualquier precio, sino a un precio razonable".