La venta de los pisos de Soliva, la mayor promoción de vivienda de protección oficial (VPO) en la historia de Málaga, con 1.300 casas, se está convirtiendo en una verdadera odisea para el Ayuntamiento de Málaga. Las dificultades económicas de muchos de los agraciados en el sorteo celebrado en diciembre de 2006, unidas a la menor disposición de las entidades financieras a prestar dinero para la compra de una casa, han provocado que el Instituto Municipal de la Vivienda (IMV) tenga aún 300 casas sin vender. Es decir, que más de tres años después de que tuviese lugar el procedimiento de selección, un 23% de la promoción sigue sin tener comprador.

Así lo confirmó el gerente del organismo municipal, José María López Cerezo, quien indicó que previsiblemente entre el 19 y el 28 de abril próximo, esta bolsa inmobiliaria se reduzca en 75 pisos. Para dar salida a este producto residencial, el IMV está tirando de la lista de unas 20.000 personas que presentaron su solicitud y que optaron al sorteo de diciembre. "Hasta el momento, para los 1.300 pisos que tiene la promoción, han podido pasar ya por las oficinas unas 2.000 personas", indicó López Cerezo. La intención del IMV apunta a que antes de finales de 2010 todo este stock sea finalmente adjudicado.

No es ésta la única dificultad a la que se enfrenta el IMV en Soliva, puesto que tampoco parece tener fácil solución la venta de locales comerciales. Lo que sí parece claro es que los casi 4.000 vecinos que acabarán por ocupar este nuevo barrio podrán ir a comprar el pan, tomarse un café e, incluso, hacerse la permanente. Éstos son algunos de los negocios que se instalarán en los locales ya vendidos. "Sabemos que va una farmacia, una panadería, una frutería, un bar, una bocatería, unos congelados y un salón de belleza", aseguró el gerente del IMV, quien auguró que a principios del año que viene podrían abrir sus puertas los primeros comercios.

No obstante, la implantación de las actividades en la zona está siendo más pausada de lo que originalmente se pudiera pensar. Tras la realización de dos subastas, de la bolsa de 156 espacios original sólo han salido 23. Esta circunstancia afecta de manera singular a las previsiones de ingresos del IMV, toda vez que la enajenación de estos establecimientos equivale a unos 19 millones de euros. Frente a esta cifra, lo obtenido hasta el momento representa sólo 2,3 millones.

Al objeto de allanar las opciones de venta de lo que aún resta, los responsables del instituto, al frente de los cuales está el concejal Diego Maldonado, han optado por cerrar la vía de la subasta y abrir la del procedimiento negociado. Aunque esta fórmula, según López Cerezo, "acaba convirtiéndose, más o menos, en minisubastas para cada local". Alude con ello a que si hay una persona interesada en un establecimiento concreto, se publicará en la página web durante un plazo de 15 días la enajenación de ese local. Si en ese lapso de tiempo no se produce ninguna otra oferta, se formalizará la venta por el precio inicial, mientras que si hay varias propuestas se elegirá la más elevada. "Lo que ya no hacemos es poner en subasta los locales que no reciban un interés", indicó.

El mecanismo, sin embargo, no parece que esté teniendo por el momento excesivo éxito, ya que únicamente han acudido a las dependencias municipales varias personas interesadas, pero sin que se haya cerrado operación alguna.