Málaga

Brazadas por un colegio en la India

  • Un centenar de participantes nada 300 metros en el puerto para recaudar fondos con los que la Fundación Vicente Ferrer construirá un centro educativo

Aterido, casi sin poder pronunciar palabra por el frío. Así salió del agua Manuel Pertiñez, nadador del Club Natación Mijas que ganó la competición celebrada ayer en el puerto malagueño. Su hijo estaba exultante con el primer puesto de su padre y no paraba de preguntarle qué había ganado. Salvo una medalla y el reconocimiento, nada. No ganó nada. Porque ayer el objetivo era nadar, aún pasando frío, para recaudar fondos para construir un colegio en la India. "He participado por solidaridad, por echar un cable en lo que se pueda", alcanzaba a articular Manuel entre tiritones nada mas salir del agua.

Rafael Carmona, delegado en Andalucía de la Fundación Vicente Ferrer, confirmaba que con la prueba de ayer ya se habían recogido los 9.988 euros que la organización necesitaba para el proyecto. La escuela se construirá en Kasapuram.

Christian Jongeneel -"malagueño de pura cepa" pese a su apellido noruego- también se zambulló en las aguas del recinto portuario. Es el presidente de Brazadas Solidarias, la organización que impulsó la II Travesía a Nado del puerto en la que participaron un centenar de nadadores de distintas localidades de la provincia.

Este ex nadador del Cerrado de Calderón ha vuelto recientemente de la India. Allí ha nadado 40 kilómetros en mar abierto en la costa de Bombay también para recaudar fondos con Brazadas Solidarias a beneficio de la Fundación Vicente Ferrer. Y antes cruzó el Estrecho de Cook, en Nueva Zelanda, también por la misma causa. "Allí sí que estaba fría el agua", decía ayer minutos antes de ponerse a entregar premios con el torno desnudo, mientras los espectadores se apretaban los abrigos.

Carmen Álvarez, del Club Mediterráneo, se hizo con el primer premio en categoría femenina. Las medallas entregadas eran artesanales, hechas por mujeres de Anantapur, la localidad india conde la Fundación Vicente Ferrer lleva trabajando más de 40 años y una de las zonas más pobres del mundo.

La amplia mayoría de los participantes eran hombres. Ayer, Miriam Gómez, la nadadora que llegó a la meta en segundo lugar en categoría femenina reconocía que siempre que hace frío se apuntan pocas chicas. Mientras lo decía, aún en bañador, el caldito que tenía entre las manos se le derramaba un poco de tanto temblar.

Medallas hechas por las mujeres de Anantapur, caldito y tortilla de patatas. Eso les esperaba al salir del agua. Algunos se apresuraban a abrigarse. Pero otros se fotografiaban y se ponían a saludar a los amigos como si no fuera uno de los días más fríos de Málaga.

En la travesía también participó Alejandro Cañas, de 20 años. Que ya había corrido en la I Carrera Marea Solidaria que a media mañana tuvo lugar también en el Muelle Uno. Atleta de triatlón, afirmaba que lo hacía "para entrenar". "Y porque es una causa muy bonita", agregaba Juan, su padre, que le acompañaba.

Las dos pruebas deportivas fueron organizadas por el Ayuntamiento de Málaga en colaboración con Brazadas Solidarias, la asociación Deportistas Malagueños Solidarios, la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC), la Fundación General de la Universidad de Málaga y la Autoridad Portuaria.

En el caso de la carrera, el dinero recaudado se dedicará a la Asociación Malagueña contra la Fibrosis Quística y a la organización benéfica Padre Huelin.

La travesía a nado del puerto logró completar ayer el monto requerido para construir la escuela proyectada en la India. El objetivo se ha conseguido con lo aportado con las inscripciones de los nadadores en la competición, con el dorsal solidario que podían adquirir quienes no tenían ganas de zambullirse pero sí de contribuir a la causa y con las donaciones que han hecho muchos particulares a través de la página www.brazadassolidarias.org.

Chirstian aprovechaba para recordar a todos los que quieran colaborar con los proyectos que en esa web pueden obtener información sobre cómo aportar su granito de arena. Con sus brazadas, este malagueño también ha contribuido ya a recaudar fondos para que la Fundación Ferrer construya en la India viviendas para discapacitados. Pero no es necesario correr ni nadar para apoyar los proyectos. Rafael contaba que también podían comprarse metros simbólicos. Un metro, un euro. Miles de personas se han mojado. Unas en el puerto y otras simplemente comprando ese metro simbólico. Pero entre todas han hecho posible el colegio de Kasapuram.

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