Málaga

Comienza la obra de Atarazanas, que debe estar acabada en verano de 2009

  • Un nuevo enfrentamiento entre Fomento y el Ayuntamiento marca el inicio de los trabajos, cuyo coste ronda los 7 millones · Técnicos de Cultura revisarán el mercado para comprobar si sufre daños

El mercado de Atarazanas comienza su transformación. Los operarios de la empresa Sacyr, adjudicataria de los trabajos de rehabilitación, iniciaron ayer su desembarco en pleno centro urbano y empezaron las obras que permitirán remozar al completo este edificio, declarado Bien del Interés Cultural (BIC). Sin embargo, este hito para la ciudad, que permitirá dignificar las condiciones del zoco más emblemático de la capital, volvió a verse empañado por la confrontación que desde hace años mantienen el Ministerio de Fomento y el Ayuntamiento de Málaga en relación a esta actuación.

Los máximos responsables políticos de ambas instituciones, socias en esta intervención, Magdalena Álvarez y Francisco de la Torre, respectivamente, protagonizaron una nueva fricción dialéctica por este motivo. De un lado, la ministra denunció las malas condiciones en las que el Consistorio ha entregado las instalaciones, mientras el regidor del PP se quejó del retraso acumulado.

Más allá de las acusaciones, lo cierto es que el calendario de obra del mercado central echa a andar. La culminación del mismo, si se cumplen las condiciones fijadas en el contrato, debe producirse en un plazo de 18 meses. O lo que es lo mismo, el nuevo zoco tendría que ser abierto al público aproximadamente en julio o agosto de 2009.

La estampa que se podía ver en la jornada de ayer en Atarazanas difería sustancialmente de la que una semana atrás protagonizó un grupo de chatarreros que aprovecharon la falta de vigilancia para romper los candados de las puertas, introducirse en las instalaciones y desvalijar buena parte de los puestos de los comerciantes, recién abandonados tras el traslado de los mismos al mercado provisional de la calle Camas.

Varios operarios trabajaban a primera hora de ayer en la instalación de una valla que separará la zona de actuación del paso de peatones, evitando de este modo cualquier problema en el tránsito por los aledaños. La verja cubrirá al completo el entorno del mercado. Se trata del primer paso en la intervención, con la que se quiere remozar una construcción cuyos orígenes datan de 1879. Las fuentes consultadas indicaron que en estas primeras jornadas se procederá a la desinfección de la zona y a la visita de los técnicos de la Delegación Provincial de Cultura de la Junta de Andalucía. A ellos corresponderá determinar si el desvalijo sufrido la pasada semana ha tenido consecuencias sobre la parte protegida de la edificación.

A partir de ese momento, será el turno de la demolición, que afectará a la construcción que se levantó en el centro del zoco a finales de los años 60, que albergaba oficinas y una cafetería, al falso techo y a las placas de uralita de la cubierta superior. En su lugar se recuperarán las tejas vidriadas originales de color verde que tenía el inmueble, diseñado por el arquitecto Joaquín Rucoba.

Otro de los elementos destacados del proyecto es la innovación de la que se quiere dotar a los puestos de los comerciantes. De acuerdo con la propuesta de los arquitectos José González Gallegos y María José Aranguren, éstos serán modulares, en forma de vagones alineados, que estarán adornados con paneles de colores vistosos. Todos tendrán climatización propia y medidas de seguridad. A esta particularidad se sumará la colocación de un suelo de material de resina, fácil de limpiar y que carecerá de juntas, evitando la acumulación de suciedad.

El proyecto va a suponer una inversión de casi 7 millones de euros, de los que la Administración central costea algo más de 5,2 millones y el Ayuntamiento, otros 1,7 millones de euros. No obstante, el Consistorio asumió la ejecución del mercado provisional, instalado en la calle Camas y que es ocupado desde hace un par de semanas.

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