Nueve días han estado las presas de Casasola y La Concepción desembalsando agua sin interrupción para evitar que se desbordaran hasta que la tregua que dio ayer la lluvia permitió cerrarlas hasta nuevo aviso. El resto de los pantanos de la provincia de Málaga sí siguen evacuando agua debido a los grandes aportes que recibieron ayer por la mañana.

La situación que más preocupa es la de los tres embalses del Guadalhorce que ayer seguían soltando una media de 22 metros cúbicos por segundo y que impide a las 45 personas evacuadas la semana pasada de las barriadas de Santa Amalia y Almodóvar de Alhaurín de la Torre volver a sus viviendas donde el agua llegó a alcanzar la semana pasada un metro y medio de altura por el desbordamiento del río.

La Agencia Andaluza del Agua tenía intención ayer de cerrar también las compuertas de la presa del Limonero, que también llevan abiertas desde el pasado 14 de febrero, aunque las lluvias producidas en la madrugada de ayer en la cuenca alta del río Guadalmedina obligaron mantener un desembalse de cinco metros cúbicos por segundo por seguridad. Lo mismo ocurrió en La Viñuela, que desembalsa una cantidad similar, pero desde el jueves.

A pesar del desembalse continuo que se ha producido en los embalses en la última semana, y que la Junta de Andalucía aún no ha querido cuantificar, los siete pantanos almacenan 541 hectómetros cúbicos que garantizan el consumo de agua de los dos próximos años.

Ayer no llovió de manera tan intensa en la provincia y sólo en la comarca de Ronda se produjeron algunas incidencias. A la lluvia se unieron ayer rachas de viento fuerte de más de 70 kilómetros por hora, que provocaron que por motivos de seguridad se tuviesen que cerrar los parques públicos por peligro de caída de ramas.

Además, fue necesario apuntalar un pinsapo de grandes dimensiones existente en la plaza Concepción García Redondo, que se inclinó de forma muy peligrosa y hubo que utilizar una grúa para volverlo a poner recto.

Mientras tanto, las importantes precipitaciones que cayeron durante toda la jornada dejaron una gran cantidad de ríos y arroyos desbordados. El río Guadalteba y sus afluentes se podía ver como se salieron de su cauce por diferentes puntos, inundando zonas de cultivo y de olivar. En el otro extremo de la comarca, los ríos Guadalevín, Guadalcobacín y Guadiaro también se volvían a desbordar, provocando en corte de diferentes caminos rurales.

Ayer, durante buena parte de la mañana los trabajadores de la obra de reforma de la línea férrea entre Ronda y Algeciras no podían acceder a las obras, debido al corte del carril de acceso por la Indiana. El agua también llegó a entrar en algunas parcelas y casas que se encuentran al filo del río Guadiaro, que se mantuvo amenazante al filo de su máximo nivel.

La desesperación ha cundido entre algunos de los afectados por las inundaciones, como es el caso de Santiago Orozco, propietario de un complejo de casas rurales que se ha inundado en ocho ocasiones, y que se decidió el pasado sábado a levantar un muro para proteger su propiedad. Su atrevimiento le ha costado una denuncia por parte de la Patrulla Verde del Ayuntamiento de Ronda.

Las intensas precipitaciones de la última semana también obligaron a cortar la autopista de peaje AP-7, a la altura de Casares, aunque sólo en sentido a Málaga, y a prorrogar el corte de la carretera A-404 entre Coín y Churriana hasta el martes de la próxima semana.

Y lo peor es que seguirá lloviendo. Las previsiones del Centro Meteorológico de Málaga apuntan a que únicamente mañana el mal tiempo dará un ligera tregua. Hoy volverá a llover de manera generalizada en toda la provincia y, aunque la situación mejore al final del día, la entrada de una nueva borrasca el jueves dejará más precipitaciones. Hasta el domingo podría llover en la provincia, mientras que se espera una mejoría a partir del lunes.