Málaga

Cortijo de Torres: como un día más

  • El ambiente en el Real fue ayer sábado similar al resto de la semana, con los ingredientes de siempre

Un poco más de los mismo es lo que se vio en el Recinto Ferial ayer al mediodía. El ambiente no se percibió propiamente hasta ya entrada la tarde, sobre las 14:30. Solo los más apasionados por pasear con sus trajes de flamenca y caballista y los primeros jinetes fueron los que tomaron las calles del Real. Como siempre, antes de las 13:00, los paseos se encontraron vacíos.

Las casetas prepararon su último día esperando a que la gente aprovechase para degustar sus platos a ritmo de sevillanas o de reggaeton, según los gustos de cada uno. El entorno fue prácticamente familiar. No hay nada como quedar con la familia, dar una vuelta por el recinto, hacerse fotos con los caballos y elegir una caseta que les llame la atención. Una de las que más se llenó fue la Caseta Municipal del Flamenco y la Copla, donde Niño Chaparro y el Grupo Flamenco Malagueñas actuaron delante de un gran número de espectadores. El ambiente flamenco estuvo presente hasta el último momento.

La música se apoderó de las casetas donde la comida, la bebida y el baile no faltaronEl calor no impidió a los jinetes, camareros y relaciones públicas hacer su trabajo

Si no hubo más música en directo, hubo más de una playlist con éxitos de feria con un volumen notable. Sobre las 15:00, algunas garitas donde se bebe y se baila más que se come, ya comenzaron a reproducir los temas más bailados en las verbenas y los primeros mojitos y vasos de Cartojal ya estaban servidos.

Pero la Feria no es solo diversión. La otra cara de la moneda es el esfuerzo que requiere para que la gente se sienta lo más a gusto posible. Mientras las familias y los amigos disfrutaron bailando y paseando por la zona, algunos tuvieron que aguantar la ironía de pasar calor mientras repartían abanicos a los paseantes. Chantalle es una joven que ha trabajado durante esta Feria: "En Calle Larios es una locura trabajar y aquí hasta las dos y pico no había nadie para repartir los abanicos", aseguró la trabajadora, que llevaba un gran número de habanos repartidos. Otros trabajadores también pasaron calor y no fueron precisamente los camareros. Ayer, un muñeco de La Canasta estuvo paseando por las calles de El Real para entretener a los más pequeños como si se tratase de Mickey Mouse en DisneyLand.

Por último, pero no menos importante, los jinetes fueron los otros protagonistas del lugar. Ellos lucieron un día más sus mejores trajes de caballistas y pasearon durante horas ante la mirada de muchos curiosos. Antonio llegó al recinto desde Puerto de la Torre con su caballo y aseguró que el ambiente de la feria del Real ha sido bastante bueno durante estos días.

La Feria de Málaga ha llegado a su fin un año más, dejando el recuerdo de una semana llena de alegría, música y mucha fiesta.

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