El Hospital Civil tiene 21 camas cerradas y mientras tanto con cierta frecuencia se suspenden operaciones porque no hay sitio a donde ingresar a los enfermos tras pasar por el quirófano. Desde el pasado día 22 de febrero se han aplazado exactamente tres intervenciones por falta de camas, según ha denunciado el Sindicato de Enfermería (Satse).

"Y la causa de esta desprogramación de operaciones y que no se abran esas camas es la de ahorrar en contrataciones de enfermeros. Es recorte puro y duro", asegura la delegada de Satse en el Civil, Mayte Terazán.

El grueso de las camas cerradas -19- corresponden a la Unidad de Corta Estancia de Cirugía General, un área donde ingresan los pacientes que solo necesitan estar hospitalizados uno o dos días tras una intervención. El verano pasado, como en años anteriores durante las vacaciones, se cerró. Pero a diferencia de otras ocasiones, no se reabrió al inicio del otoño. La unidad sigue cerrada a cal y canto. Aunque no tiene ningún cartel -solo el letrero con su nombre- está bajo llave.

Tras la denuncia de Satse, el hospital indicó que estas camas "se encuentran funcionando según las necesidades asistenciales de la cirugía programada". Además, añadió que en el centro sanitario se realizan más de 75 intervenciones programadas, que los pacientes habitualmente son hospitalizados en la planta de cada especialidad y que la mayoría recibe el alta el mismo día de la operación.

Pero Satse denuncia que además de las 19 camas cerradas de la Unidad de Corta Estancia, hay otras dos sin uso. En este caso, correspondientes a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) que no se utilizan desde octubre. También, según el sindicato, para ahorrar en la contratación de enfermeros.

En total, la UCI dispone de cinco camas. Precisamente su apertura hace ya más de un lustro supuso una mejora porque el Civil carecía de una unidad para cuidados intensivos. El hospital justifica que "de forma habitual" solo se usen tres camas en que la UCI está actualmente por debajo del 60%.

Satse denunció la semana pasada la suspensión de una operación de un paciente con cáncer de laringe precisamente porque las tres camas de cuidados intensivos estaban ocupadas. Un par de días después, informó del aplazamiento de otras dos intervenciones, en este caso porque no había sitio en una planta ya que la unidad de corta estancia está cerrada.

Terazán indicó que el cierre de las 21 camas provoca "altas precipitadas, situaciones de cama caliente (entra un paciente nada más darse un alta) y suspensión de operaciones". Para la representante de Satse, este déficit genera molestias a los pacientes por la desprogramación de intervenciones, inseguridad y merma en la calidad de los cuidados, además de sobrecarga de trabajo para el personal.

El sindicato ha decidido remitir un escrito a la gerencia para exigirle soluciones ante una situación que afecta tanto a los trabajadores como a los usuarios, a la vez que supone un freno para la actividad quirúrgica dado que hay algunas intervenciones que no se pueden hacer, pese a que los cirujanos están disponibles, simplemente porque faltan camas.

Terazán denunció incluso que cuando las tres camas de la UCI están ocupadas, si un paciente que entra por Urgencia necesita cuidados intensivos tiene que ser trasladado al Hospital Carlos Haya con una ambulancia monitorizada para su ingreso en ese otro pabellón del complejo.