Málaga

Dando alas a la educación

  • Dos educadores de Vélez y Alhaurín de la Torre crean una empresa para concienciar sobre el respeto al medio ambiente

Luis Matías Barranco en uno de estos talleres educativos.

Luis Matías Barranco en uno de estos talleres educativos. / M. H.

No es lo mismo aprender en los libros la morfología de las aves que apreciar la envergadura de un búho real. Tampoco lo es, apreciar el pelaje de un águila de harris a través de un retroproyector que tocarlos con sus propias manos en el aula. Para cualquier estudiante es muy diferente que les cuenten la importancia que tienen las aves en el ecosistema y el respeto por la conservación de sus hábitats que mirar directamente a los ojos de una lechuza y descubrir su valor.

Con esa filosofía, Luis Matías Barranco y Miguel Medina montaron la empresa de educación ambiental “Educar para volar”. Con ella recorren los colegios de la provincia montando clases, talleres y campamentos. “Lo que les trasladamos es nuestra pasión por el medio ambiente. Con las aves en el aula les enseñamos sobre morfología, anatomía, genética, paleontología, sobre hábitats, conservación y sobre todo sobre buenas prácticas ambientales. Entre otras les enseño de qué forma afecta la contaminación a las aves”, indicó Barranco. Y no hay duda, como asegura este emprendedor que cuando los jóvenes tienen entre sus manos una lechuza negra, un halcón peregrino, un cernícalo, un búho real, un águila, un cuervo o un azor “se sensibilizan mucho más y comprenden mejor la naturaleza”.

Llevan a las clases 14 especies diferentes de aves con las que aprenden los niños

Estos dos formadores reúnen en el aula hasta 14 especies diferentes. “Es muy difícil hablar de respeto y sostenibilidad a través de una pantalla. A través de nuestros talleres de concienciación se entusiasman y se interesan por esa naturaleza que les rodea. Se crea un vínculo con el animal, les hago poner en su lugar. La palabra clave es empatía”, expresó este educador ambiental que se reinventó a sus 45 años cuando la crisis le hizo perder el trabajo como encargado de obra que tenía. “En realidad fue una oportunidad. Mi mujer me animó a hacer lo que siempre había querido y estudié un grado superior de gestión forestal y del medio natural. A su término realizó el proyecto “Educar para volar” que ha conseguido poner en marcha con Medina y que le demandan hasta escuelas de Madrid. También trabajan con muchas asociaciones de discapacitados.

El Ayuntamiento de Vélez-Málaga les ha premiado con el tercer premio del XIV Concurso de Proyectos Empresariales Bernardo Quintero.

“Es muy importante implicarlos en la naturaleza. Hay que involucrarlos. Por eso les pido que lo miren a los ojos y descubran esa llamada de atención que el ave les está pidiendo”, explicó Luis Matías quien señaló que cuando finalizan el taller son los propios niños quienes las hacen volar. “Esa es la diferencia con la cetrería en la que son meros espectadores”, añadió este educador ambiental quien aclaró que “son especies nacidas en cautividad con un alto grado de sociabilización y todas las actividades se hacen bajo nuestra supervisión y tutela”. Además preparan fichas para que las trabajen con los docentes durante un mes aproximadamente. “Los niños son esponjas. Nuestro mensaje les cala. Vivimos en un mundo urbanita y desconocen la naturaleza. Lo que hacemos es sembrarles esa semilla de inquietud”, expresó.

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