Málaga

Encerrado por la obra del Metro

  • El dueño de una administración de lotería denuncia pérdidas del 85% por las obras en la Alameda

Rafael, junto a la administración de loterías, y la valla del Metro.

Rafael, junto a la administración de loterías, y la valla del Metro. / javier albiñana

No hay negocio próspero que se libre de la herida que una obra de la envergadura del Metro de Málaga deja tras de sí. Por más que el futuro a medio plazo sea alentador, los años que han de ser recorridos antes son tan devastadores que no todos son capaces de mantener abiertas sus puertas. Bien lo saben en Carretera de Cádiz, en La Unión, en Callejones del Perchel y en la Alameda. En el filo de la navaja, tras tres años de obras, se encuentra la administración de lotería número 16 de esta céntrica avenida. Emplazada en el lateral norte, en un pequeño local asfixiado, con una valla que sirve de frontera con la obra del tramo Guadalmedina-Atarazanas a un metro de distancia. Un pasillo estrecho por el deambulan pocos peatones y menos clientes.

La sensación de agobio se multiplica cuando al escaso espacio se suma el estruendo de las máquinas que perforan el subsuelo en la ejecución de la obra del túnel del suburbano. Un soniquete incesante que, según cuenta Rafael Azuaga, propietario de la administración de lotería, acaba convirtiéndose en una especie de repelente para los potenciales clientes.

El grado de malestar es tal que acaba de dar un paso adelante para denunciar esta circunstancia t lo ha hecho difundiendo su mensaje en las redes sociales. Quiere, dice sin tapujos, "que el tema llegue a Susana Díaz", como si ello fuese suficiente como para acelerar el ritmo de una obra al que, como poco, parece que le quedan meses. "Lo que me dicen desde el Metro es que la situación se va a mantener igual al menos dos meses", explica Azuaga, oficial del Ejército del Aire en reserva.

Su desconsuelo es el mismo que no hace mucho afectaba a buen a parte de los comerciantes de la acera norte de la Alameda y que, con el avance de la obra, están liberados tras el ensanchamiento del paso de los peatones. El turno aún no le ha llegado ni a él ni a otro negocio vecino. Otro local contiguo, de venta de fundas de teléfono móvil, cerró sus persianas.

"Llevamos cuatro años enterrados", sentencia en un vídeo grabado, en el que llega a elevar las pérdidas de su negocio en un 85%. "Me estoy quedando sin clientes", apostilla, al tiempo que destaca que se ve en la obligación, para cuadrar los números, de poner todos los meses del orden de 2.000 euros de su bolsillo. "No me queda más, y si seguimos así tendré que cerrar", relata. Los números dejan poco lugar a al duda. En el año 2008, su administración vendió 686.000 euros en Lotería de Navidad; en 2015, ya con la obra en ciernes, la cifra descendió a los 173.000 euros, y en 2016, apenas alcanzó los 131.000 euros. "¡Qué ruido! ¡Qué barbaridad! No sé como lo aguanta", dice una clienta segundos después de que la maquinaria del Metro retome su actividad. "Una clienta menos", contesta por lo bajo Rafael.

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