Andalucía

Escrache de alcaldes del PP a Susana Díaz en Málaga

  • La vicepresidenta de la Diputación y el alcalde de Nerja fueron por la mañana al hotel donde se alojaba e intentaron que no saliese en coche

Lo que ayer debería haber sido el día de celebración por los 10 años del Museo Picasso en Málaga, acabó en bronca debido al escrache que alcaldes del PP hicieron a la presidenta de la Junta, Susana Díaz, en el hotel donde se alojaba. A primeras horas de la mañana, y antes de comenzar los actos en el Museo, un grupo de alcaldes y ediles se trasladaron al hotel y preguntaron dónde se alojaba con la intención, según el PP, de solicitarle una reunión. Al no recibir respuesta -la Junta lo consideró un acto intolerable- se concentraron ante las puertas del aparcamiento y esperaron la salida del coche oficial con una gran pancarta en la que le reclamaron el pago de las deudas pendientes, que cifran en 16,7 millones de euros. Como si de un grupo de ciudadanos enfadados se tratara, se colocaron justo delante del vehículo al grito de "si la Junta no paga, nos quedamos encerrados", mientras éste fue abriéndose paso y los escoltas apartaban a los representes populares. Una de las manifestantes llegó incluso a golpear el coche y fue retirada rápidamente. 

 

La vicepresidenta primera de la Diputación Provincial, Francisca Caracuel, y el alcalde de Nerja y también diputado provincial, José Alberto Armijo, entraron a la recepción del hotel con la intención de localizar a representantes de la Junta para solicitar el encuentro, algo que no consiguieron. Miembros del Partido Socialista aseguraron que incluso le solicitaron el número de habitación a los empleados. Del mismo modo, fuentes de la Junta dudaron si la Subdelegación del Gobierno fue la que dio el nombre del hotel donde se alojó Susana Díaz. 

 

Los populares tenían muy claro que de la variedad de establecimientos hoteleros que concentra el centro de la capital, Susana Díaz se alojaba en el Hotel NH por lo que desde temprano los regidores que desde el jueves permanecían encerrados en la Delegación del Gobierno autonómico en Málaga -reclamando los pagos pendientes- se encontraban en las inmediaciones acompañados de representantes provinciales. "Lo sabía todo el mundo. Málaga es muy pequeña", aseguró ayer el también vicepresidente de la Diputación, Francisco Oblaré, cuestionado por la información que manejaban sobre el alojamiento de la presidenta de la Junta. Sin embargo, por motivos de seguridad, deberían ser únicamente la Subdelegación del Gobierno central y los escoltas los que tuvieran acceso a estos datos.

 

Los dos primeros intentos en el hotel tuvieron su segunda parte, esta vez protagonizada por Francisco Oblaré, que acudió a la celebración en el Picasso como representante de la Diputación -el presidente Elías Bendodo estaba fuera de la ciudad y no pudo acudir-. Una vez que finalizó el acto en el Auditorio y la presidenta bajó del escenario, Oblaré se le acercó con la intención de entregarle la carta con las peticiones de los alcaldes malagueños, lo que se impidió indicándole que no era el momento. Ya en el patio de la pinacoteca, el vicepresidente provincial lo intentó de nuevo y en este caso fue el consejero de Cultura, Luciano Alonso, el que junto con la actuación de los dos escoltas de Susana Díaz, los que lo evitaron, apartándolo contra la pared. Momentos después se personó la Policía Autonómica y le pidió su documentación. Oblaré aseguró sentirse como si fuera un delincuente ante este tipo de reacción, cuando "lo único que quería era entregarle un escrito para que conozca lo que solicitamos; no tenía ninguna intención de agredirla, sólo llevaba una carta en la mano", explicó. El vicepresidente de la Diputación se fue directamente al hospital donde solicitó un parte de lesiones -aquejado de dolor en el brazo y en el costado-, con el que acudió al juzgado de guardia para interponer una demanda contra los dos escoltas de la presidenta de la Junta. 

 

El revuelo creado hizo crecer la tensión entre los dos partidos políticos y el encierro que los regidores pretendían mantener durante todo el fin de semana en la Delegación de Junta se dio por terminado a primera hora de la tarde, después de que se le impidiera la entrada a los regidores que habían salido para protestar frente al hotel.

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