Operativo antiterrorista en Málaga

Festival de rumores en Lagunillas: de un muerto a atrincherados con 15 bombonas

  • Multitud de vecinos contemplaron estupefactos y curiosos un operativo antiterrorista al que no están acostumbrados 

Vecinos esperan a acceder a sus viviendas

Vecinos esperan a acceder a sus viviendas

“Estos no son de los nuestros”. Así resumía un vecino un operativo policial inédito en el barrio de Lagunillas. Lo normal allí es ver a agentes locales, operaciones por trapicheo, poca cosa. No a decenas de agentes con pasamontañas y metralletas ni furgones blindados.

Eso alteró la vida de una zona que a esa hora es pura tranquilidad, y la variopinta trama que compone el barrio se puso a contemplar aquello, desde donde se pudiera: jóvenes estudiantes, residentes en apartamentos turísticos, viejos vecinos del barrio y hasta familias de etnia gitana.

Lo primero que ocurrió es que decenas de vecinos –todos jóvenes– fueran bloqueados por la Guardia Civil y no pudieran acceder a sus viviendas, que estaban junto al meollo del operativo. Esos, que eran los que estaban más cerca de los agentes fueron los que más acertaron: “Han detenido a dos okupas de 22 o 23 años, pero la verdad es que okupas no pueden ser”. La tesis del desahució fue la primera que se barajó, porque los presuntos yihadistas habían entrado en un edificio en ruinas, pero fue inmediatamente descartada. El narcotráfico también planeó: “Ahí –en el edificio en ruinas– entran un montón de moros (sic) y se ponen hasta arriba de drogas”, decía uno. A partir de ahí la bola se fue agrandando y ya un chico joven comentaba que “hay un muerto, me acaba de mandar un mensaje un amigo”. Ni él mismo se lo creía:“Eso es mentira”.

Otro decía que había visto a seis personas tiradas en el suelo y cómo los guardias civiles les habían estado haciendo fotos. Los hubo que fueron más allá y activaron el rumor de que se habían atrincherado allí con 15 (sí, exactamente 15) bombonas de butano.

Al menos desde las 15:30 no se percibían allí movimientos especiales de la Guardia Civil. Los agentes estaban agrupados en el edificio, entrando y saliendo, y algunos bloqueaban la calle. Poco a poco se fue suavizando el bloque y el tránsito hasta se dejó libre por la acera contraria a donde estaba el operativo. Eso fue aprovechado por algunos para caminar más lento y ver qué se cocía pero los guardias no estaban dispuestos a pasar la mano. “Hay que continuar andando, no se puede estar en medio de la calle; aquí a mirar no viene nadie”, decía un agente mientras otra mujer, al contemplar todo aquello, decía, casi enfadada: “Les encantan las películas de Rambo”.

Ya a la caída de la tarde, una vecina comenta que lo que va a quedar es una mala imagen para Lagunillas que no merece. “Aquí hay gente muy buena, es un muy buen barrio”. Ahí queda.

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