Málaga

Griñán y De la Torre firman hoy una 'tregua' con el primer plan turístico

  • Es el primer gran acuerdo que alcanzan ambas administraciones en los últimos años y Málaga, con 22,1 millones, es la ciudad de mayor inversión · La iniciativa potenciará la figura de Picasso como referente

Las convulsas y agitadas relaciones que mantienen desde hace años la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Málaga se dan un respiro. Tras tirarse los trastos a la cabeza por la obra del Metro, el Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU), los fondos europeos y el megahospital, entre otros asuntos, la firma hoy del Plan Turístico de Málaga permite atisbar el diseño de un nuevo marco de contacto en el que la fricción dé paso al diálogo y al acuerdo.

El programa de actuación turística previsto para la capital de la Costa del Sol contempla una inversión superior a los 22 millones de euros, (de los que la Junta aportará el 60%) aunque su peso simbólico es aún mayor, al tratarse del primer gran acuerdo que firma el presidente del Gobierno andaluz, José Antonio Griñán, y el alcalde de la ciudad, Francisco de la Torre.

Más allá incluso de la acción del máximo mandatario autonómico, la rúbrica de este acuerdo viene a seguir la estela de otras grandes colaboraciones, como la vinculada a la construcción de las líneas 1 y 2 del suburbano, allá por el año 2003; al soterramiento de las vías del AVE a su entrada en Málaga, en julio de 2004, y más recientemente, el impulso al Auditorio de la música, a principios de 2007.

La apuesta de la Consejería de Turismo por potenciar la actividad en Málaga capital parece indudable a tenor de las cifras que se manejan. El departamento encabezado por el consejero Luciano Alonso tiene en ejecución iniciativas semejantes en otras grandes ciudades de la región, aunque con una inversión menor, tales como Sevilla (22 millones), Granada (9,6 millones), Jerez de la Frontera (4,8 millones), Jaén (4,9 millones) y Marbella (9,4 millones).

La proyección económica del plan gana en importancia si se tienen en cuenta parámetros como la población, las pernoctaciones y las plazas hoteleras de la capital frente al resto de urbes antes mencionadas. En este sentido, mientras en la capital hispalense, con casi 700.000 habitantes, la proporción es de 31,4 euros por persona, en Málaga capital la aportación será de 39 euros de media. Asimismo, Málaga es, a día de hoy, con 8.207 plazas hoteleras, la segunda ciudad, de las seis donde interviene la Junta, con menor cifra, sin que entre las mismas se incluya ninguna de cinco estrellas.

Este plan, que tendrá una vigencia de cuatro años, se dirigirá a fortalecer la posición de la capital como destino cultural urbano a escala internacional con la figura de Pablo Ruiz Picasso como referente. Además, permitirá reforzar la competitividad turística y aprovechar el potencial de la urbe en los segmentos idiomático, de congresos, cruceros, sol y playa, gastronómico y de compras.

Una de las grandes apuestas incluidas en la propuesta de actuación pasa por crear un gran espacio turístico monumental mediante la revitalización del entorno del Museo Picasso, que abrió sus puertas en 2003; la adecuación de la calle Alcazabilla (objeto en este momento de obras de reurbanización con cargo a los Fondos Estatales de Inversión Local) para la puesta en valor del Teatro Romano. A ello se suma la ejecución de un nuevo diseño urbano para las vías y plazas aledañas a la Catedral.

Pero la apuesta turística por Málaga no se limita al centro histórico. El proyecto integrará, igualmente, el espacio litoral y urbano con intervenciones singulares en las zonas de El Palo y Huelin, entre las que se incluye la construcción de miradores en la playa, la prolongación de paseos marítimos a través de pasarelas, la revitalización de la Plaza del Mar o la regeneración del espigón de la Térmica. Igualmente, se desarrollará un plan de marketing específico que proyecte la diversidad de productos con que cuenta la ciudad.

No obstante, el plan turístico de la capital no ha estado exento de polémica, puesto que el primer trabajo puesto sobre la mesa por el equipo de gobierno del PP fue rechazado por la Consejería de Turismo alegando que "era más un plan urbanístico, centrado en el arreglo de calles, que turístico", así como que no había sido objeto de consenso. Tras estas palabras de Alonso, a principios del pasado mes de febrero responsables de ambas administraciones se sentaron para acordar los puntos de interés de la iniciativa, que ahora tiene forma.

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