Málaga

Hallan muerta a una china de 27 años con signos de violencia

  • El cadáver fue encontrado en una nave del polígono Guadalhorce · La Policía considera que puede tratarse de una agresión machista y busca a su compañero sentimental

El cadáver de una joven de 27 años, de nacionalidad china, fue encontrado ayer en un almacén de lencería del polígono Guadalhorce de la capital malagueña con "señales evidentes" de violencia que apuntan a que pueda tratarse de un caso de violencia machista, según apuntan fuentes policiales. Por ello, su compañero sentimental se encuentra en situación de busca y captura. Al cierre de esta edición aún no había sido localizado por la Policía.

Los agentes se desplazaron al mencionado almacén, situado en la calle André Guide, tras recibir sobre las 12:00 el aviso del hallazgo del cuerpo de una joven. La víctima, cuya identidad responde a las iniciales J. C., fue presuntamente agredida con un martillo y una cuchilla de tipo cúter que fueron encontrados en el lugar de los hechos, según informó la Policía.

Las primeras investigaciones policiales apuntan a que pueda tratarse un caso de violencia machista, ya que la víctima llevaba una semana en España pasando unas vacaciones y pernoctaba en el citado almacén junto a su pareja, también de nacionalidad china. El cadáver ha sido trasladado al Instituto de Medicina Legal para que se le practique la autopsia.

Ayer los numerosos negocios de empresarios chinos instalados en el Guadalhorce abrieron pese a la jornada festiva de la Inmaculada. Fue prácticamente la única actividad que registró este polígono, además de las prostitutas. Entre los empresarios consultados, la mayoría no tenían conocimiento de los hechos y otros prefirieron no pronunciarse. Los propietarios del negocio anexo al lugar del crimen, explicaron que los dueños del almacén de lencería llevan más de cinco años en Málaga y son un matrimonio con una hija mayor de edad. Según explican, se trata de una pareja que siempre está trabajando y nunca habían evidenciado problemas de convivencia. Este negocio tiene al menos otros tres trabajadores contratados, una mujer española y el resto chinos, pero sus vecinos desconocen si residían en la propia nave industrial.

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