Málaga

Intervienen más de 2.300 productos caducados de la tienda de Mármoles

  • Los dos detenidos por la Policía, acusados de un delito contra la salud, pasaron ayer a disposición judicial · El supermercado abrió de nuevo al público

La tienda que el pasado miércoles fue inspeccionada por la Policía tras recibir varias denuncias de vecinos que aseguraban haber comprado productos caducados volvió ayer a abrir sus puertas. Lo hizo después de que fueran detenidos el propietario del establecimiento y una de las empleadas, ambos de origen ruso, y que, según fuentes policiales, pasaron ayer a disposición judicial.

La actuación policial permitió la intervención en este supermercado, localizado en calle Mármoles, de más de 2.300 productos alimenticios fuera de fecha, como conservas de frutas, verduras, salsas, productos de panadería, sopas y alimentos para animales. Muchos de ellos, al parecer, databan incluso del año 2005. Las fuentes consultadas aclararon que, al parecer, los responsables de local alteraban las etiquetas de los productos para que los clientes no se percatasen de la fecha de caducidad real.

Los dos individuos arrestados, cuyas identidades se corresponden con las iniciales I. F. y S. T., están acusados de un delito contra la salud pública. El departamento de Sanidad del Ayuntamiento de Málaga analizará el contenido de los productos aprehendidos para determinar el estado de los mismos y en función de las conclusiones podría certificarse el cierre definitivo de las instalaciones.

A pesar de que fueron algunos vecinos de la zona los que pusieron en conocimiento de las autoridades las presuntas irregularidades, la noticia provocó ayer la sorpresa entre los residentes del entorno. Jorge, camarero de una de cafetería situada cerca del polémico supermercado, admitió ayer haberse sorprendido al leer lo sucedido. Unos hechos que, en la mañana de ayer, se convirtieron en objeto de comentarios entre los clientes del bar. Según relata, uno de los propietarios le confesaba ayer que había pasado un día detenido. "Me decía que sólo tenía un bote de conservas caducado", dice Jorge.

"La verdad es que nos ha sorprendido eso, aunque entre comillas, porque cuando vienen los de Inspección a revisar nuestro establecimiento hay que tenerlo todo perfectamente, mientras que a la gente que viene de fuera no les piden nada", se queja.

Salvador, propietario de un quiosco situado justo en la acera de enfrente de la tienda investigada, recuerda que son muy pocas las personas que entraban a diario a comprar al local. "Algunos de los clientes que han comprado el periódico, cuando lo han visto, me han comentado que lo del supermercado era algo sospechoso, porque entra muy poca gente", declara, al tiempo que señala que el establecimiento fue abierto hace aproximadamente un año.

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