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La Invisible lucha por su continuidad

  • Cientos de personas se manifestaron ayer contra el desalojo de este centro sociocultural

  • Un camión con una banda y pancartas abrió la protesta que finalizó en la Plaza de la Constitución

Aspecto general de calle Nosquera, desde donde partió la manifestación contra el desalojo de la Casa Invisible.

Aspecto general de calle Nosquera, desde donde partió la manifestación contra el desalojo de la Casa Invisible. / javier albiñana

Al grito de "La Invi se queda" unas 300 personas recorrieron ayer las calles del centro para manifestarse en contra del desalojo de la Casa Invisible, después de que el Ayuntamiento de Málaga enviase el pasado lunes la notificación de la marcha del inmueble, disponiendo para ello de 15 días, tras los cuales recibirán un segundo aviso, lo que supondría una salida forzosa. Diversos colectivos y particulares acudieron a calle Nosquera, punto de comienzo de esta manifestación que comenzó con una parodia en la que cuatro mujeres interpretaron a vecinas que hablaban sobre la actualidad de la ciudad, asomadas desde sus respectivos balcones.

Desde allí, repasaron los numerosos ataques municipales que la Casa Invisible ha recibido desde su creación en 2007, además de otros asuntos de actualidad como la cesión de los terrenos del Arraijanal, la demolición del edificio de La Mundial o la construcción del rascacielos del puerto, los cuales solo se veían interrumpidos por aplausos y la reivindicación de "se defiende, Málaga no se vende". Asimismo, tuvieron un recuerdo y apoyo a colectivos como los refugiados y los inmigrantes que llegan hasta las costas malagueñas y las camareras de piso de los hoteles, conocidas como las kellys. Peor parados resultaron el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, y el portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Málaga, Juan Cassá, de quienes criticaron el rechazo y nulo respaldo que prestan a la Casa Invisible.

También criticaron a De la Torre y Cassá por el poco apoyo que prestan a la cultura

Todo ello desde arriba, en la interpretación que se llevó a cabo en los balcones del edificio de la Invisible. En la calle, cientos de personas -muchas de ellas ataviadas con antifaces y capas de superhéroes- aguardaban el inicio de esta manifestación en la que los grupos de música y un espectáculo de batukada pusieron el sonido a esta jornada fundamental para el futuro de este centro sociocultural.

Por su parte, uno de los elementos más llamativos fue la presencia de un ataúd junto a coronas de flores, símbolo de la muerte de la cultura en la ciudad de Málaga.

Precisamente, Quique España, portavoz de la Casa Invisible durante la manifestación de ayer, criticó que "el modelo de ciudad que está propagando el Ayuntamiento de Málaga es un modelo falso y engañoso y que en realidad solo usa la cultura como un escaparate para el beneficio económico de solo una pequeña parte de la población". A esto, España añadió que "la verdadera cultura, la que complementa un ecosistema cultural, también está en expresiones que se hacen desde abajo, desde la ciudadanía".

Por esto, el portavoz de la Casa Invisible instó al alcalde a retomar el diálogo y a "acatar la decisión de la ciudadanía, la cual está mandándole hoy un mensaje muy importante". En esta misma línea, destacó lo arraigada que está la Invisible en el tejido cultural de la ciudad, algo que consideró el motivo por el que el Ayuntamiento no se atrevió a desalojar el inmueble en anteriores ocasiones. "A día de hoy la Invisible es indesalojable", sentenció.

La invisible es plural e integradora. Prueba de ello, las personas de diferentes nacionalidades que ayer apoyaron esta manifestación y estuvieron desde primera hora en calle Nosquera. Uno de ellos se trata de Lino Mancuso, un italiano residente en Málaga desde hace 14 años, quien incidió en la importancia de conservar espacios como la Invisible, que, además, "presta servicio a mucha gente". Al igual que Quique España, Mancuso criticó que "Málaga se está planteando al mundo como ciudad de arte, pero desde el Ayuntamiento no facilitan que haya espacios creativos".

El recorrido de la manifestación continuó por calle Carretería, Álamos, Alcazabilla, Paseo del Parque, plaza de la Marina y Larios, finalizando en la plaza de la Constitución, donde la música y los gritos reivindicativos pusieron el cierre a esta protesta.

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