Málaga

La Junta, que vetó allí el puerto deportivo, estudia ahora el plan del jeque para Arraijanal

  • El alcalde admite no disponer de ninguna propuesta formal por parte del empresario catarí y a pesar de ello dice que Urbanismo ya analiza la viabilidad de la intervención

La Junta de Andalucía, que desde hace años viene rechazando la posible construcción de una marina deportiva en Arraijanal y que ha vetado en el marco del último Plan General de Ordenación Urbanístico (PGOU) el desarrollo de un amplio proyecto residencial y comercial, abre ahora la puerta a la idea del propietario del Málaga CF, el jeque Abdullah Al-Thani, de asentar parte de su megaproyecto deportivo en estos suelos.

 

Conocido el interés del empresario catarí por impulsar el nuevo estadio de La Rosaleda, (con unos 65.000 espectadores), la ciudad deportiva (con diez campos) y desarrollos comerciales y hoteleros en parte de las 52 hectáreas de Arraijanal (como ya apuntó este periódico el pasado sábado) y en San Julián, la Administración autonómica mostró ayer, a través de un portavoz, su disposición a estudiar la propuesta realizada en estos días y que, según admitieron, incluiría una oferta de compra por La Rosaleda.

 

De materializarse esta vía, supondría dejar en manos del jeque una parcela marcada por la polémica en los últimos treinta años y objeto de deseo por parte de las administraciones local, regional y estatal. Mientras la primera ha avalado desde los años 80 este sector como el idóneo para potenciar el papel turístico de la ciudad, con el puerto deportivo como actuación estrella, la segunda se ha decantado por salvaguardarlo del ladrillo, avalando incluso la idea del Ministerio de Medio Ambiente de expropiar parte de los suelos.

 

Muestra de ello es que la Junta condicionó su visto bueno final al nuevo planeamiento de la capital a que esta parcela apareciese calificada como espacio verde, con el fin de que acoja un parque metropolitano. Un parque que, según los pocos detalles dados a conocer hasta el momento, asumiría directamente el jeque, aunque reservando parte de los terrenos para la localización de la ciudad deportiva. Queda por determinar si la Administración regional autorizará esa mezcla de usos en este espacio.

La fórmula incluida en el Plan General para disponer de esta pastilla de suelo, en manos de diversos propietarios privados, es la de la compensación con aprovechamientos urbanísticos en otros suelos de la ciudad y que están valorados en unos 78 millones de euros.

 

La posición del Gobierno andaluz, de estudiar la propuesta, se suma al paso adelante dado ayer por el alcalde, Francisco de la Torre, cuyas manifestaciones acrecientan la ceremonia de la confusión en la que ha acabado por convertirse este asunto. El regidor admitió no disponer de proyecto alguno por parte de la propiedad del Málaga C.F. sobre esta intervención, a pesar de lo cual aseguró que los técnicos de la Gerencia de Urbanismo están analizando las posibilidades de esta localización.

"Que tengamos un estadio más moderno, de primera linea, nos parece fenomenal y por tanto todo el aplauso y el apoyo", dijo el regidor, quien admitió que el entorno de Arraijanal podría ser el sitio adecuado. "Vamos a verlo con el mejor ánimo para dar los informes positivos, pero hay que analizarlo desde el puto de vista urbanístico", expuso. Todo ello sin tener un documento formal sobre la mesa y sobre la base, únicamente, de "algún contacto previo pero no oficial".

 

De la Torre dijo que el asunto se está analizando "con la velocidad debida pero con el rigor necesario en aspectos de accesibilidad, de transporte y compatibilidad con el PGOU", y recordó que la acción a desarrollar debe tener en cuenta la necesidad de reservar parte de Arraijanal para ampliar el campo de golf de Guadalmar, al objeto de que libere el suelo que ahora ocupa en la playa.

 

"Pero, alcalde ¿tiene usted una propuesta formal?", se le volvió a preguntar. A lo que respondió: "Oficialmente no me consta, que haya podido haber alguna consulta es posible. Oficialmente un documento presentado no me consta". A pesar de ello, consideró que esta localización puede presentar ciertas ventajas respecto a la del Puerto de la Torre, donde también se había planteado la nueva La Rosaleda, especialmente en lo relativo a las comunicaciones.

 

Este periódico intentó ayer nuevamente recabar la opinión del jeque o sus representantes en Málaga sobre este asunto, sin que hubiese pronunciamiento alguno.

El camino que se le abre a este proyecto no está del todo expedito. Conforme al actual escenario urbanístico de la zona hay ciertos detalles que tendrán que modificarse antes de que sea factible el desarrollo de la iniciativa. Los terrenos de San Julián donde, al parecer, se pintaría el nuevo estadio más usos comerciales y hoteleros están calificados en el nuevo PGOU como productivos, permitiendo usos comerciales e industriales, pero no equipamiento privado. Ello, según informaron fuentes cercanas a la Gerencia de Urbanismo, obligaría a realizar un cambio en el plan una vez sea publicado definitivamente, lo que se espera para este mes o el que viene. "Una modificación de este tipo puede demorarse un año", añadieron las fuentes.

 

Otro condicionante es el de las servidumbres aeronáuticas que existen en este punto. En concreto, según pudo saber este periódico, la existencia de un radar de Aviación Civil en las cercanías impediría levantar cualquier construcción de más de 30 metros de alto sobre el nivel del mar. Otro interrogante a responder es el relativo a la posibilidad o no de crear una decena de campos de fútbol en una parcela considerada en el Potaum como sistema general de espacios libres.

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