Tres empresarios procesados en el caso Malaya (Ismael Pérez Peña, Eusebio Sierra y Fidel San Román) han reconocido durante el juicio que pagaron sobornos a Juan Antonio Roca. Los dos primeros llegaron a un acuerdo con la Fiscalía Anticorrupción y, tras pactar una pena mínima, confesaron que pagaron dádivas al ex asesor de urbanismo de Marbella para que agilizara el pago de unas deudas. El último, aún sin acuerdo con el Ministerio Público, ha admitido que entregó 3 millones de euros a Roca a cambio de favores urbanísticos.

Estos testimonios representan uno de los escollos más importantes que tiene que solventar el ex asesor de urbanismo de Marbella en su estrategia para demostrar su inocencia. En el escrito de defensa definitivo presentado ante el tribunal plantea esas confesiones como el resultado de una estrategia procesal planteada por abogados "brillantes" dirigida en los dos primeros casos a sustituir peticiones iniciales de muchos años de cárcel por simples multas y, en el último, a evitar la acusación por blanqueo.

La letrada de Roca precisa que Pérez Peña "ha saldado su acusación de 11 años de prisión, multa

milmillonaria, entrada en prisión de su hijo y del amigo de su hijo, con pena de 9 meses a sustituir por multa más multa de 200.000", pero advierte que no es cierto lo confesado por este empresario, amigo de Gil y al que la Policía intervino 2 millones de euros en dinero negro que le prestaba a Roca.

El empresario ganadero Fidel San Román reconoció durante su declaración ante el tribunal que le entregó 3 millones de euros a Roca para que le concedieran licencia de ocupación a unos pisos que había construido.

El ex asesor de urbanismo niega este extremo y justifica que en su contabilidad aparecieran varias anotaciones alusivas a este acusados porque realizó para él trabajos de asesoramiento urbanísticos y con anterioridad había realizado una aportación al GIL para la campaña electoral de las municipales de 2003.