Leonor Ruiz | Coordinadora Bioética del sistema sanitario andaluz

“Málaga se está convirtiendo en un escenario de cartón piedra”

  • Cree que hace falta “una mirada sostenible” sobre la ciudad para evitar la masificación turística

  • Considera que “se está utilizando el nombre de la cultura en vano”

Leonor Ruiz Sicilia, en el Clínico.

Leonor Ruiz Sicilia, en el Clínico. / Javier Albiñana

LLeva tres décadas trabajando como psiquiatra y desde hace poco más de un año es responsable de la Estrategia de Bioética del Sistema Sanitario Público de Andalucía. Desde este ámbito, Leonor Ruiz Sicilia aborda temas asistenciales y sociales que afectan a profesionales y ciudadanos.

–Dentro de su trabajo como responsable de la Estrategia de Bioética del Sistema Sanitario Público de Andalucía aborda la violencia de género. ¿Qué papel tienen los centros sanitarios en este ámbito?

–El papel de los centros sanitarios en la violencia de género es esencial porque son unas de las puertas principales a las que las mujeres acuden para pedir ayuda. Entonces tenemos una responsabilidad muy importante. No solamente tenemos la responsabilidad de atender cuando la petición de ayuda es explícita. Tenemos la responsabilidad de detectar y de prevenir. Es esencial un posicionamiento claro, abierto y responsable del sistema sanitario en esta dirección. Tenemos que ser agentes proactivos frente a esta lacra social.

–¿Aumenta la violencia de género, aumenta la detección o aumentan las denuncias? ¿O aumenta todo?

–Un poco todo junto. Creo que la sociedad está cada vez más sensibilizada y tenemos la responsabilizar de sensibilizarnos más a través de la formación, la educación, la visibilización. Todas las estrategias son pocas para afrontar este problema.

La salud mental necesita más recursos humanos. La ratio está baja respecto a otros países desarrollados

–¿Se podrá algún día acabar con la violencia de género?

–Yo deseo que así sea. Como mujer, como ciudadana y porque quiero dejarle a las generaciones venideras un mundo mejor. Este kiosco es de todos y todas y todos y todas tenemos que estar comprometidos con el futuro de nuestros jóvenes, de nuestros hijos, con el futuro de la sociedad que queremos.

–¿Está en el Comité de Bioética Asistencial? ¿Qué es eso?

–La bioética es esa disciplina que nace en el ámbito sanitario para dirimir los conflictos que se producen en la práctica asistencial cotidiana donde pueden colisionar derechos de los ciudadanos con derechos de los profesionales, donde pueden haber escenarios de toma de decisiones difíciles.

–¿Por ejemplo?

–Qué hacer en situaciones finales de la vida, cómo ayudar a las personas a tomar esas decisiones, cómo preservar los derechos de las personas a la hora de esas decisiones, cómo velar por sus valores, cómo velar por que se cumplan sus voluntades...

–¿La regulación del testamento vital es suficiente o hace falta algo más?

–Nunca es suficiente, pero estamos en el camino. Las voluntades vitales, como se conocen en Andalucía, son una herramienta muy útil al servicio de la autonomía de las personas para salvaguardar sus deseos –cómo quieren ellos que se hagan las cosas y hasta dónde quieren ellos que se hagan las cosas– en el momento en el que no tengan capacidad para decidir, bien porque estén en situación de muerte inminente o en situación de inconsciencia. Pero no es la única herramienta. La planificación anticipada de las decisiones es otra herramienta potentísima que es el contar con su médico experto que le ayude a tomar en el tiempo esas decisiones futuras para cuando ellos no las puedan tomar; y si lo desean pueden incorporar a este proceso a sus familiares. Otra herramienta potente es la del consentimiento informado.

He sido víctima de varias agresiones verbales y una física. Y he visto agresiones a mis compañeros”

–Málaga es la que la provincia andaluza con más personas apuntadas en el Registro de Voluntades Vitales Anticipadas. ¿Pero son bastantes respecto al total de la población o debería hacerlas más gente?

–Hablar de números siempre es un poco empobrecedor. Málaga es una de las provincias que más alto tiene el Registro, pero los números son bajos... Pero son bajos aquí en Málaga, en Andalucía, en España y en el resto del mundo.

–¿Porque hay una tendencia a no ver la muerte?

–No es que haya una tendencia en no ver la muerte, es que ver la muerte como el final de la vida es muy problemático para las personas porque se afronta con dolor. Pero hay que empezar a pensar que la muerte forma parte de la vida; como nacer forma parte de la vida, morir forma parte de la vida. Y ayudar a las personas a enfrentar ese paso es por lo que estamos desarrollando herramientas que nunca son suficientes. En Andalucía estamos en la media de registros de España. A la cabeza de registros de voluntad vital anticipada me parece que está Cataluña, pero hablo de memoria. Cuando miramos los últimos cinco años, la población entre los 18 y los 50, somos la comunidad autónoma que más está subiendo en estos registros. Estos registros no sólo son para la muerte, sino para garantizar una toma de decisiones cuando las personas no están en condiciones de decidir.

–¿Le han agredido alguna vez?

–Sí. Física y verbalmente.

–¿Lo ha superado?

–Sí. Bien, lo he superado. He sido víctima de agresión física una vez y verbales, varias. Y también han sido víctimas de agresiones compañeros y compañeras.

–¿Y cómo se pueden atajar o reducir?

–No tengo soluciones mágicas. Confío mucho en la educación, la formación y la transparencia y en que vayamos haciéndonos responsables de las cosas que están para nuestro cuidado.

–¿Supongo que además de doler físicamente duele moralmente porque en los centros sanitarios están para cuidar a la gente?

–Claro. El dolor moral tiene que ver con la impotencia, con la tristeza... El dolor moral tiene que ver con ¿qué no he hecho bien? ¿qué me ha faltado para llegar a esta persona? Y ¿qué le falta a esta persona para hacerme a mí el chivo expiatorio de todas sus frustraciones? ¿qué otras respuestas no encuentra esta persona que necesita venirlas a buscar en mí?

–Como labor asistencial lleva la tutoría de los MIR de Psiquiatría y trabaja en terapia familiar sistémica ¿Qué es esto?

–En la terapia familiar sistémica se trabaja con toda la familia y esto es muy importante en salud mental. Cuando la enfermedad mental se instala en el seno de una familia, un miembro de la familia es el que porta el diagnóstico, pero la enfermedad la portan todos los familiares. Y en ese sentido, afecta a las relaciones, afecta a la vivencia cotidiana de la familia y condiciona los distintos caminos que cada miembro elige.

–¿Estas terapias dan resultado?

–Sin duda alguna, tienen toda la evidencia y todo el reconocimiento en el mundo científico.

–¿Hay una excesiva medicalización de la salud mental?

–¿Así en un absoluto? Sí. La medicación es una estupenda herramienta que puede ser muy útil en muchos casos, absolutamente necesaria en otros, alternativa en otros y totalmente innecesaria en otros. Necesitamos colocarla en ese lugar ponderado de utilidad. Faltan muchas otras estrategias que tienen más que ver con ayudas a las personas a vivir bien consigo mismas, a vivir mejor consigo mismas. A lo mejor todo no es una estrategia farmacológica ni sanitaria. Hay que ayudar a las personas a encontrarse en comunidad, a reconocerse en la comunidad... Y hay que poner en marcha estrategias psicoterapéuticas de ayuda.

–¿Eso es un déficit del sistema sanitario?

–Yo, personalmente, pienso que sí.

–¿Qué le mejoraría a la salud mental en general?

–Necesitamos recursos, recursos humanos. Tenemos ratios todavía muy bajas de profesionales dedicados a esta tarea con respecto a Europa y con respecto de países desarrollados. Los recursos necesitamos gestionarlos hacia aquellas enfermedades que son trastornos mentales mayores. Todos los recursos son pocos, pero necesitamos también demedicalizar parte de la población que debe ser ayudada con otras estrategias. Necesitamos recursos de prevención, de detección precoz. Necesitamos anticiparnos. Necesitamos recursos para los jóvenes, para los niños.

–¿Para detectar pronto los problemas? ¿Por qué es importante?

–Porque de esa manera vamos a cambiar el curso de la enfermedad mental grave.

–¿Porque evita que se profundice?

–Que se cronifique. En el autismo, por ejemplo, hay muchos niños en los que una detección precoz hace que pasado un tiempo se les pueda caer el diagnóstico, si se interviene con estrategias precoces.

–¿Hay un abuso de antidepresivos y ansiolíticos?

–Sí. Si miramos cómo se utilizan en el resto de países de nuestro entorno, tenemos una medicalización de la vida cotidiana. Tiene que ver con lo que hablábamos antes, con la falta de otros recursos y otras estructuras muchas veces fuera del ámbito sanitario que den respuesta a esas necesidades de las personas.

–¿Más sociales?

–Claro. Desde la Estrategia de Bioética hay acciones orientadas hacia la demedicalización. Hay muchos ámbitos de la salud que son víctimas de un sobrediagnóstico.

–¿Cree que Málaga puede caer en la masificación turística?

–Sin lugar a dudas. Y hay que atajarlo y hacer estrategias de sostenibilidad que permitan que Málaga siga siendo una ciudad puntera, cultural, turística... Pero no puede abandonar a sus ciudadanos. Málaga está haciendo de su centro un escenario de cartón piedra donde está echando claramente a sus vecinos del centro. Sus vecinos se están viendo obligados a marcharse del centro. El comercio de proximidad está prácticamente desaparecido en aras de la hostelería y de las grandes cadenas y todo eso que ahora llaman turistificación... Málaga necesita una mirada sostenible y más plural que concilie los derechos de todos.

–¿Si tuviera que corregirle algo a la provincia que le corregiría?

–A la ciudad le corregiría esto. Fundamentalmente esto. Estoy muy sensibilizada con este tema porque se está convirtiendo en una ciudad de cartón piedra. Creo que se está utilizando en vano el nombre de la cultura porque los bares en Málaga están llenos, pero los museos están vacíos.

–Le quedan poco más de cinco años para jubilarse ¿Verá acabado el futuro Hospital Regional antes de irse? La Consejería de Salud lo ha prometido para 2024.

–Espero que sí. Muy ajustado va...

–¿Cómo ve los accesos a la zona del Civil donde se prevé que se construya?

–No lo sé. Hay gente más conocedora del entorno urbanístico que yo que dice que eso tiene que estar muy planificado. Yo he participado en los trabajos sobre la salud mental en el diseño del futuro hospital, pero no he tenido acceso al proyecto total para tener una opinión razonada de cómo se van a contemplar los accesos. No lo sé. El sitio está un poco complicado, pero todo es cuestión de que los urbanistas se pongan a ello y hagan un diseño moderno y funcional.

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