El conjunto escultórico de Manuel Domingo Larios, reubicado tras la supresión de la rotonda que finalizaba la Alameda Principal y en la que se ubicaba desde su realización en 1899, se vio culminada en la mañana de ayer con la reposición del brazo y la rama de laurel que sostenía el niño. Con esta acción, y a falta de culminar el entorno y su apertura peatonal, el monumento se ve completado tras meses de trabajo para su restauración.

El proceso de restauración de esta pieza, realizada en mármol de Carrara, pasaba por la reposición de un elemento desaparecido hace décadas y que dejaba incompleto el conjunto, dado que el infante señalaba, con sus brazos y la rama de laurel, la leyenda que se ubica en el pedestal del Marqués de Larios donde la ciudad agradece la labor del empresario riojano durante el siglo XIX. El nuevo brazo ha sido reconstruido siguiendo el diseño original de la estatua, mientras que el ramillete ha sido realizado en bronce.

Con esta reposición y la limpieza del conjunto, en paralelo con el fin de las obras de peatonalización de la Alameda, se dota de una nueva visión para el conjunto ante la calle Larios. Las estatuas del Marqués y de la Alegoría del Trabajo fueron restauradas en Antequera por la empresa Chapitel, que solucionó los problemas estructurales de ambas esculturas realizadas por Mariano Benlliure. El conjunto modifica la base donde se asienta el Marqués, prescindiendo del añadido que se realizó para convertir su rotonda en la salida del parking de la Plaza de la Marina.

Además, la escultura recupera una protección arquitectónica perimetral siguiendo las líneas de la que originalmente tenía. Ello permitirá que, según los responsables municipales, se circunde al completo el conjunto y se pueda contemplar desde todos sus ángulos. A pesar de su nueva ubicación, la fundación Benlliure denunció en el año 2017 que la nueva ubicación contradice el proyecto original del escultor, que "estudiaba y valoraba tanto el lugar como su orientación"