Málaga va a contracorriente con el resto de España en materia de población. La provincia sigue su lento pero continuo aumento de habitantes, mientras que en el conjunto del país la tendencia es la contraria y ahora hay menos ciudadanos que hace un año. La clave es la gran capacidad de Málaga para atraer inmigrantes, tanto del extranjero como de otras provincias españolas.

A fecha 1 de julio de 2014, en la provincia malagueña vivían 1.626.168 habitantes, lo que supone 12.215 más que hace un año, un 0,75% más, según los datos oficiales publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE). España, en total, cuenta con 46,4 millones de ciudadanos, un 0,27% menos que en julio del año pasado.

El crecimiento poblacional es constante en Málaga en los últimos años. Se superó la barrera de los 1,6 millones en 2012 y sigue aumentando a pasos muy cortos pero definidos. Si se analiza una horquilla más amplia, por ejemplo una década, sí se puede apreciar con más claridad ese incremento de residentes. En los últimos diez años se ha pasado de 1,39 millones a 1,62, es decir, ahora hay 234.176 ciudadanos más en esta provincia con todo lo que ello implica en ingresos y gastos. Cabe señalar que este volumen de población es el oficial, aunque numerosos ayuntamientos se quejan de que su número de habitantes se triplica, sobre todo en verano, y que no tienen los suficientes recursos para dar un buen servicio a todos.

La natalidad va a la baja y las personas mueren cada vez más tarde, por lo que la diferencia entre el número de nacidos y fallecidos es cada vez menor e incluso hay informes oficiales que apuntan a que podrían igualarse en menos de una década. De esta forma, el hecho de que Málaga gane población se debe a la inmigración y no tanto a su crecimiento natural.

Los índices de saldos migratorios, que miden la diferencia entre las personas que se van de una provincia y las que llegan a ella, son muy llamativos en Málaga, pues presenta crecimientos altos frente al descenso nacional.

En el caso de la migración extranjera, Málaga arrojó un saldo positivo de 3.238 personas en el primer semestre del año, el segundo más alto del país por detrás de Santa Cruz de Tenerife. Esta provincia siempre ha sido un punto de atracción para los foráneos hasta el punto que en todo el año 2008 la diferencia positiva superó las 15.000 personas. No obstante, en 2013 se disparó el número de residentes en Málaga que emigraron al exterior y, aunque el saldo también fue positivo, se vio reducido hasta poco más de medio millar de personas. En los seis primeros meses del presente ejercicio se ha vuelto a recuperar la tónica habitual y son muchos más los que llegan a Málaga procedentes del extranjero que los que salen.

Entre enero y junio se fueron de Málaga al extranjero 5.323 personas, siendo la Unión Europea (2.320), Sudamérica (1.401) y África (896) los principales destinos. Como curiosidad se puede destacar que se marcharon 17 a Oceanía. En el polo opuesto, en el primer semestre llegaron a Málaga procedentes del extranjero 8.561 personas, de los que 4.430 venían de la Unión Europea, 1.086 de Sudamérica y 1.081 de África. Si se aplica la diferencia entre los que se fueron y los que han venido se puede ver ese saldo positivo de 3.238 personas antes mencionado. En toda España, el saldo es negativo en algo más de 50.000 personas y también se han ido más de los que han llegado en ciudades punteras como Barcelona, Madrid, Valencia o Sevilla (ver tabla adjunta).

Por otra parte, el INE ofrece datos sobre migración entre las propias provincias españolas y el fenómeno es el mismo. Málaga cerró el primer semestre con un saldo positivo de 2.088 personas, siendo la tercera con mayor tirón en España tras Madrid (7.577) y Baleares (3.599).