El ritmo de compraventa de viviendas en la provincia de Málaga sigue en caída. Los últimos datos oficiales dados a conocer este jueves por el Instituto Nacional de Estadística (INE) confirman esta línea descendente, apreciada en seis de los primeros ocho meses del año. Y la última demostración es lo sucedido en agosto, periodo en el que se han enajenado casi 29 viviendas menos cada día que en el mismo mes del año pasado. Esto es, un 29,6% menos.

El descenso es apreciable tanto en el producto nuevo como de segunda mano. En el primer caso han sido objeto de operaciones de compraventa apenas 396 inmuebles, un 38% menos que en agosto de 2018; en el supuesto de la vivienda usada, han sido vendidas 1.704 unidades, un 27% menos. La vivienda libre sigue representando la mayor parte del porcentaje de transacciones, con un total de 1.990 (846 menos que el año pasado), mientras que las VPO suponen apenas 110 unidades (149 en agosto de hace un año).

A pesar de estos parámetros, la provincia de Málaga sigue asomándose como uno de los territorios nacionales en los que se registran más compraventas de viviendas. En concreto, en la tabla del INE aparece como la quinta provincia, por detrás de Madrid (4.899 viviendas), Barcelona (3.956), Alicante (2.671) y Valencia (2.131).

El análisis de los datos de estas otras ciudades corrobora que la caída en las compraventas no es exclusiva de Málaga. En Madrid, el dato interanual refleja un descenso del 22,4%; en Barcelona, del 16,3%; en Alicante, del 14,5%, y en Valencia, del 16,3%. Parámetros inferiores, en cualquier caso, al 29% de caída en Málaga.

Tomando como referencia el acumulado en estos primeros ocho meses, la cifra total de casas vendidas en Málaga es de 20.620, 1.867 menos que en el mismo lapso del ejercicio pasado; o lo que es lo mismo, un 8,7% menos. Hay que remontarse a 2016 para encontrar una menor actividad en el sector. Por tipo de vivienda, 3.891 eran casas nuevas (47 menos que en 2018), mientras 16.729 eran usadas (1.820 inmuebles menos). Una realidad que contrasta con el comportamiento de la industria del ladrillo en 2018, cuando registró los mejores datos desde 2007.