EMPLEANDO un coloquial marítimo malagueño muy habitual, podríamos decir que en la tarde del 6 de septiembre de 2005 había un poco de maretón, o lo que es lo mismo, que soplaba un vigoroso viento que comenzaba a agitar la mar.
Aquella misma mañana, llegaban a nuestra bahía un par de bulk carriers pertenecientes a una misma compañía y lo hacían en unas circunstancias nada habituales. El buque de bandera búlgara Kapitan Georgi Georgiev traía a remolque a su hermano de naviera y nacionalidad Koznitsa, el cual, arribaba a Málaga para intentar reparar una importante avería en su máquina.
Después de quedar fondeado, y mientras el buque que lo había traído seguía su camino, el Koznitsa permaneció a la espera para entrar en nuestro Puerto. Debía iniciar cuanto antes una reparación de emergencia que le permitiera navegar a otro lugar donde solucionar definitivamente su avería.
A primeras horas de la tarde, las condiciones meteorológicas empezaron a cambiar. Un desagradable maretón comenzó a hacerse patente,y la seguridad del fondeo del Koznitsa, sin máquina, recomendaba una rápida entrada a Puerto.
El Quihnce y el Diheciseis, dos de los remolcadores que por entonces operaban en Málaga, salieron a por el barco, iniciándose así una maniobra que debía dejar atracado a este averiado bulk carrier búlgaro de 172 metros de eslora y 16.502 toneladas de registro bruto en el muelle de levante.
Muy lentamente, y con las precauciones añadidas por el mal tiempo reinante y fundamentalmente por tratarse de un buque sin propulsión, nuestros potentes remolcadores completaron una maniobra difícil; una maniobra que volviendo al coloquial marítimo se realizó bajo un típico maretón malagueño.
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