Málaga

Muere asesinada una mujer que había denunciado amenazas de su ex pareja

  • La Guardia Civil no descarta el móvil del robo, pero citó a declarar al ex novio, contra el que no encontró pruebas · La pareja, con una hija en común de 13 años, mantenía una tormentosa relación

Una mujer de algo más de 40 años, Lucía G. P., fue asesinada el miércoles sobre las cinco y media de la tarde en su casa de Alhaurín de la Torre, en el diseminado rural conocido como Arroyo Gragea. Encontraron su cuerpo flotando boca abajo en la piscina de la vivienda, junto a un pequeño charco de sangre en el bordillo. Unos metros antes, en la entrada, aparecían unas bolsas con melocotones tirados por el suelo, junto a un monedero y un bolso abiertos y un pequeño rastro de sangre.

Dos médicos forenses le practicaron la autopsia al cuerpo ayer por la mañana y certificaron que las lesiones se corresponden con un homicidio. La mujer habría recibido varios golpes y presentaba alguna herida incisa que pudo ser ocasionada con un arma blanca, según confirmaron fuentes cercanas a la investigación.

Aunque no había signos de que la puerta de la vivienda hubiera sido forzada, no se descarta que pudiese tratarse de un robo, ya que han proliferado en la zona en la última semana.

Sin embargo, la tormentosa relación que la mujer fallecida mantenía con su ex pareja, M. A. H., de unos 40 años, con la que tenía una hija de 13, hace que también se investigue la posibilidad de la violencia machista como móvil del asesinato.

Lucía había presentado varias denuncias por maltrato psicológico ante el centro de la mujer del Ayuntamiento de Alhaurín de la Torre, del que era usuaria. El alcalde, Joaquín Villanova, recordaba que la víctima también había denunciado amenazas el año pasado en el cuartel de la Guardia Civil, pero que éstas no fueron estimadas por el Juzgado de Violencia sobre la Mujer Número 1 de Málaga, que descartó imponer una orden de protección a la mujer.

El mismo miércoles por la tarde, la Guardia Civil llamó por teléfono a la ex pareja para pedirle que fuera a declarar. Él dijo que en ese momento estaba en Ronda con su novia. Ambos prestaron declaración horas más tarde en el cuartel de la Guardia Civil del municipio, sin que se encontraran pruebas incriminatorias contra ellos.

Cuentan algunos vecinos y amigos de la pareja consultados que la relación entre ambos se había vuelto insostenible. Tras la separación, que ocurrió hace aproximadamente un año, una sentencia judicial acordó que ella se quedaría con la casa, en la que vivía junto a su hija, y que él podría seguir explotando su negocio, un centro de animales que funcionaba como depósito de ejemplares exóticos del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona), ubicado en la misma parcela de unos 5.000 metros cuadrados. Las relaciones cada vez estaban más enquistadas, pero ellos se veían casi a diario porque él visitaba a la hija y debía alimentar a los animales.

"Habían entrado en una dinámica muy peligrosa: ella lo denunciaba por malos tratos cada dos por tres sin ningún fundamento y él había llegado a pedir algunas veces a la Guardia Civil que lo acompañara a la casa para que ella no pudiera acusarlo", explica un amigo de ambos que prefiere no revelar su identidad. Este amigo admite también que él tampoco ocultaba su nueva relación y que "intentaba darle celos y molestarla para que se aburriera y se fuera de la casa", dijo.

Los vecinos de la apacible barriada rural en la que ambos vivían (la casa de él está ubicada a escasos metros) se quedaron atónitos ante la noticia y negaron con insistencia la posibilidad de un crimen machista. "Es imposible que él haga una cosa así", decían.

Fue la profesora de la hija la primera que se percató de que algo no iba bien. Nadie había ido a recoger a la niña al colegio y llamó a una vecina para que preguntara qué había pasado. La mujer se acercó hasta el chalé y comprobó que estaba cerrado.

La Policía Local fue avisada sobre las siete de la tarde y al acceder a la vivienda encontró el cadáver de la mujer en la piscina, además de unos casi imperceptibles restos de sangre, por lo que acordonó la zona y dio aviso a la Guardia Civil, que trasladó a un equipo de la Policía Judicial para que investigara los hechos.

Hasta la vivienda fueron los servicios de emergencia, el alcalde, varios concejales, además de técnicos del centro de la mujer y psicólogos. Estos últimos tuvieron que atender de una crisis de ansiedad a la madre de la víctima que también se desplazó hasta la casa al saber lo ocurrido.

La autoridad judicial levantó el cadáver en torno a la medianoche y lo trasladó al Instituto de Medicina Legal.

El suceso causó un gran impacto en el municipio. Los actos previstos para celebrar el Día Internacional del Trabajo en Alhaurín de la Torre quedaron suspendidos y el Ayuntamiento anunció que, de confirmarse que se ha tratado de una agresión de género, convocará un Pleno para condenar los hechos y una manifestación de repulsa.

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