Málaga

Mujeres en pie de igualdad

  • En Málaga, las mujeres copan el 64% de los contratos parciales y sus pensiones contributivas son un 37% menores a las de los hombres

  • En el mismo puesto cobran un 22% menos

Mujeres en pie de igualdad

Mujeres en pie de igualdad

Caben muchas mujeres en un solo cuerpo, la profesional, la académica, la cuidadora... y todas ellas han de justificar su valía constantemente, ante la sociedad, ante su entorno cercano e, incluso, ante ellas mismas. Ir sorteando las trabas impuestas por un sistema profundamente desigual se ha convertido en su lucha diaria, demasiado callada en la mayoría de las ocasiones. Casi invisibles, con escasos puestos de poder y arrastrando una mochila cargada de responsabilidades continúa la mujer del siglo XXI. Mucho se ha avanzado en este maratón hacia la igualdad real, pero más aún queda por hacer. Y no es cuestión de buscar culpables, como opina Meli Galarza, presidenta de la Asociación para la Defensa de la Imagen Pública de la Mujer. La mirada ha de estar puesta en intentar reparar la injusticia. Con una huelga el 8 de marzo reivindicará su lugar el movimiento feminista.

"Los datos están ahí y los números revelan que hay discriminación salarial, de acceso al empleo y de promoción en el puesto de trabajo", apunta Galarza. En Málaga, señala, las mujeres copan el 64% de los contratos parciales y las pensiones contributivas de ellas son un 37% menores. La tasa de actividad de las féminas es un 11% más baja que la de los varones y la de ocupación casi un 10% menor. En el mismo puesto, una mujer puede cobrar hasta un 22% menos que un hombre debido a los complementos salariales. "La maternidad es el gran escollo que tiene la mujer en el mercado laboral, mantiene el rol de cuidadora mientras que el hombre es el proveedor", apunta Meli Galarza. En 2017 de las 1.750 excedencias solicitadas en Málaga por cuidados de hijos o dependientes tan sólo 163 fueron pedidas por hombres.

La conciliación laboral y familiar sigue siendo una cuestión que pesa sobre los hombros de las madres. Y eso tiene sus consecuencias en el entorno laboral. "Nuestra sociedad no ha conseguido una conciliación corresponsable, los hombres también tienen que conciliar", dice Isabel Jiménez, delegada de Igualdad de la Universidad de Málaga, Doctora en Medicina y profesora de Historia de la Medicina y Documentación Científica. "La mujer no es que no quiera acceder a ciertos puestos, es que se la ha responsabilizado de todos los cuidados y así no es fácil", agrega. Y estas "barreras informales", que proceden de siglos de educación patriarcal, "son cuestiones complejas en las que intervienen distintos elementos, entre ellos culturales y económicos, para las que hacen falta soluciones complejas", indica Isabel Jiménez. Considera, además, que "hasta la independencia de los hijos hay una sobrecarga tremenda de la mujer" y que "el grado de exigencia para ellas es mucho mayor".

En Suecia un estudio sacó a la luz que una académica necesitaba el doble de currículum para conseguir financiación para un proyecto que un igual varón. "En cuanto al prestigio profesional aún se siguen manteniendo los roles de género", indica la delegada de Igualdad de la UMA. "La Ciencia tiene que reconocer el esfuerzo que las mujeres han hecho en el siglo XX y su amor por el conocimiento", añade Jiménez. Porque "lo que no se ve no existe" y la invisibilidad provoca una importante falta de referentes femeninos.

Por eso Lupe Montejo creó la Asociación de Mujeres Cocineras, porque se cansó de no ver nunca a compañeras en la foto y porque consideró que la lucha es la única vía para trazar soluciones. En su caso, ser madre supuso un empeoramiento de su situación laboral. Incluso fue despedida en un ERE cuando estaba embarazada. No se vino abajo y llevó a la empresa, Paradores Nacionales, a los tribunales. El Tribunal Supremo ratificó la sentencia favorable del TSJA y tuvo que ser readmitida porque "quedó demostrado que mi despido no cumplía los objetivos del ERE", comenta.

En la hostelería, que no entiende de festivos y que funciona normalmente con horario partido, la conciliación se hace realmente difícil. Pero también en la empresa en general. "La cultura empresarial no favorece poner a la familia en el centro y eso hay que cambiarlo", apunta Meli Galarza, para la que sería imprescindible que el hombre estuviera obligado a cogerse 16 semanas de paternidad, al igual que la mujer. "Así ya no habría desigualdad en el acceso a un puesto laboral, a ellos les harían las mismas preguntas a las que siempre han sometido a ellas", agrega y defiende las cuotas. También lo hace Isabel Jiménez. "Si partimos de una situación muy desigual, tenemos que hacer políticas equitativas para compensarla", considera Jiménez.

Si hay una profesión masculinizada por excelencia esa es la de los bomberos. En la plantilla del Cuerpo de Bomberos de la capital sólo trabajan una enfermera y dos mujeres bomberas entre 300 efectivos. Una de ellas es Vanesa Cabra, que ingresó hace 14 años. Vanesa reconoce que ha tenido "mucha suerte" con sus compañeros, que trabaja como una más en los servicios, sin distinción de sexo, pero admite que los principios fueron duros, sobre todo en los cambios de turno, cuando se integraba en nuevos equipos. "No estaban habituados a una mujer y no sabían dónde ponerme, pero se han ido acostumbrando". En su caso el problema no es el sueldo, igual al de un hombre, asegura, sino el haber tenido que soportar "comentarios machistas" de sus superiores tras iniciar una relación sentimental con un compañero, y del hecho que le negaran tomarse una excedencia en su segundo embarazo. "Esta es una profesión de riesgo, no se pueden hacer ciertas cosas si estás embarazada", afirma. Vanesa Cabra, que trabaja en el Parque de la Avenida de Moliere recuerda que al principio a las únicas mujeres bomberos de Málaga no se les facilitaron uniformes femeninos ni de su talla, e incluso que los parques no tienen aseos para mujeres. Cabra sonríe cuando se le cuestiona por las dificultades que ha encontrado en la calle por el hecho de ser mujer. "Es verdad que si llamo al porterillo y digo 'bomberos', no me abren", porque los vecinos desconfían.

El acceso de la mujer al cuerpo es otro de los caballos de batalla de la igualdad. Cabra reconoce que muchas no superan las exigentes pruebas pero tampoco está de acuerdo con que se creen ex profeso para las mujeres. "Las pruebas físicas suponen hoy en día una forma de que no entremos. El próximo día 8, que no tiene turno de trabajo, asegura que asistirá a la manifestación para reivindicar la igualdad y los derechos de la mujer. "Los bomberos no son machistas, pero te tienen que conocer", asegura.

Desde tierras rumanas, la malagueña Marta López, dos veces olímpica con la Selección Española de Balonmano y medalla de bronce en la cita de Londres 2012, es un ejemplo de las mujeres que han debido probar suerte en el extranjero ante el escaso reconocimiento interno. López lleva su primera temporada en el Ramnici Valcea, de la primera división de Rumanía, y se muestra convencida de poder quedar entre los cuatro primeros puestos , que le daría opción a jugar la liga europea.

A pesar de todo, admite las diferencias entre hombres y mujeres en el mundo profesional deportivo. "Mi sueldo para nada se asemeja al de un hombre, que puede llegar a cobrar el doble". Y eso que en Rumanía la liga femenina "tiene mucha más repercusión y maneja más dinero" que la masculina. También reconoce diferencias entre el deporte masculino y femenino en España. "Con la crisis muchos tuvieron que emigrar y la liga femenina quedó más afectada", se lamenta. López, que a sus 28 espera seguir haciendo carrera en el extranjero, considera que "es triste que tengamos que llegar al momento de tener que movilizarnos y nos merecemos el mismo trato a nivel profesional y de sueldos" y se declara favorable a la movilización feminista del 8 de marzo.

Patricia Navarro es a sus 38 años una de las personas que más manda en el PP de Málaga, donde ocupa el número dos como secretaria general. "La desigualdad a nivel laboral es una realidad, la brecha laboral la sufren muchas mujeres y sobre todo la gran lacra que es el paro". Navarro afirma que en su vida laboral, primero en un banco y después en los cargos públicos, no se ha sentido discriminada por su condición de mujer. "Jamás noté discriminación y estuve a punto de ascender y promocionar dentro del banco, pero no me dio tiempo", asegura. Navarro si reconoce las "dificultades" que supone para una mujer el hecho de tener un hijo. "Tiene sus dificultades, tampoco es fácil para los hombres", dice, aunque admite que la mayor carga de "conciencia permanente" por estar fuera de casa corresponde a la mujer. "Tengo la suerte de tener una buena logística familiar y mi marido comparte al 50% las responsabilidades", afirma. Pese a todo no es partidaria de sumarse a la protesta feminista, porque prefiere ver "el vaso medio lleno" en cuanto a conquistas de las mujeres se refiere. "Las mujeres lo hemos pasado peor en la crisis, pero la recuperación también está teniendo más miramiento con las mujeres", sostiene la diputada. En la diferencia salarial entre sexos afirma que España está en mejores por debajo de la media europea, que países como Alemania tienen diferencias del 22%, que en los vecinos Portugal y Francia llegan a ser del 17,8% y del 15,8% "No es un consuelo -dice- pero habrá que darle un tirón de oreja a los países vecinos". Navarro es partidaria de plantear esta cuestión con una iniciativa en el Parlamento Europeo. "Sé que una de las prioridades será la lucha por la igualdad", concluye.

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