La ordenanza de bienestar, protección y tendencia responsable de animales ya es una realidad y se hará vigente a partir del mes que viene, una vez que se publique en el Boletín Oficial de la Provincia. El texto establece, entre otras medidas, la identificación genética de los perros domésticos, por lo que los dueños de los canes, en un plazo máximo de seis meses, deberán acudir a la clínica veterinaria para realizarla. La información será recogida en una chapa identificativa que deberá portar el animal y una tarjeta que se entregará al propietario. La no realización de esta prueba, así como circular sin estar provistos de los accesorios indentificativos, serán considerados una falta leve que supondrá una sanción económica de 110 a 130 euros.

El concejal de Sostenibilidad Medioambiental, Raúl Jiménez, junto con el portavoz municipal de Ciudadanos, Juan Cassá, anunciaron ayer la aprobación de la ordenanza cuyo objetivo es regular la tendencia de animales de compañía, reconociendo su cualidad de seres vivos y su derecho a ser tratados con respeto, marcándose algunas metas como alcanzar el sacrificio en Málaga.

La identificación genética permitirá, por un lado, hacer frente a la erradicación del abandono de perros, al superar la prestación del microchip y por otro lado, mejorar el control de la presencia de excrementos en la vía pública y localizar su origen. La realización tendrá el gasto aproximado de 35 euros, según informó Jiménez. Para aquellas personas sin medios económicos, está prevista una partida en el presupuesto municipal para apoyar el pago de esta operación. Dicha ordenanza también permite a los animales acceder a cualquier establecimiento público salvo en aquellos que se lleve a cabo la manipulación de alimentos o en los que el titular del mismo lo prohiba, en este caso deberá indicarlo con un distintivo. De esta manera, los animales de compañía podrán viajar junto a sus dueños a los autobuses EMT o trenes del metro. También los transportes particulares, como los taxis, podrán aceptar esta condición.

Además, recordaron la prohibición del uso de collares que puedan ser considerados de castigo. Igualmente, las correas deberán tener una extensión de entre 1,5 y 2 metros, quedando prohibidos el uso de las extensibles para perros de más de 20 kg. También se recomienda la esterilización de las mascotas para evitar repetida crianza de animales domésticos y la prohibición de la desungulación -quitar las garras- de los gatos. Los comercios de animales también deberán llevar a cabo las medidas adecuadas de estilización.