Málaga

Nuevo intento de acercamiento con una huelga que dura ya cinco días

  • El encuentro entre el alcalde y el comité terminó sin acuerdo El Ayuntamiento propone esperar a una resolución judicial para determinar si deben recuperar la paga de productividad

Cinco días después de que comenzara la huelga de basura, el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, y el comité de Limasa vuelven a sentarse hoy para tratar de poner fin a un conflicto que deja ya más de 2.000 toneladas de residuos en las calles de la ciudad. Tras el fracaso de la reunión que mantuvieron ayer, durante apenas dos horas, la negociación está anquilosada por la férrea postura mantenida por los sindicatos que advirtieron que no van a renunciar a cobrar la paga de productividad este mismo año. Ese es el principal obstáculo que impide a las partes encontrar una salida a un paro indefinido que está dejando estampas especialmente preocupantes en el centro de la capital. Pero a menos que uno de los dos flexibilice su actitud, la solución al conflicto se avecina muy compleja. Y de momento el regidor malagueño dejó claro ayer que la oferta municipal con respecto a la paga de productividad "sigue inalterable".

Eso significa que el Ayuntamiento de Málaga, que forma parte de la sociedad de Limasa con el 49% del accionariado, mantiene su propuesta de que este año los trabajadores fijos solamente cobren los 276 euros en la paga de septiembre y que en 2017 recuperen los 867,91 euros (la misma cantidad que se abonó en 2013) en concepto de paga de productividad por trabajador, de los que una parte sería fija y otra condicionada a que no se falte un determinado número de días al trabajo para así frenar el absentismo. Y no sería hasta 2018 cuando esa cantidad se elevaría a 1.119 euros.

Sin embargo, el comité, que fue recibido entre aplausos y gritos de "sí se puede" de los medio centenar de trabajadores que esperaban a las puertas del Ayuntamiento, sigue sin ceder y pretende que todos los empleados fijos recuperen la paga de productividad este mismo año partiendo de la cuantía de 1.143,45 euros, si bien este año se cobrarían 276,18 euros en la extra de septiembre y la mitad de los 867,27 restantes (433,64 euros) distribuidos en once mensualidades. Eso sí, para 2017 exigen el pago en su totalidad.

Ante esta inmovilidad de posturas, De la Torre planteó ayer al comité una alternativa y que consiste en, además de comprometerse a que los fijos descansen todos los fines de semana desde la misma firma del acuerdo, esperar a que el Juzgado de lo Social número 12 de Málaga se pronuncie ante la demanda por conflicto colectivo interpuesta por la empresa el pasado mes de enero.

Esa demanda, cuya fecha de juicio aún no se ha fijado aunque se baraja que será en septiembre, se debe a las distintas interpretaciones que Limasa y el comité hacen a la hora de aplicar otra sentencia, hecha pública en diciembre del año pasado por el Juzgado de lo Social número 8 y que establece que hasta la firma de un nuevo convenio el vigente será el de 2010-2012.

Los sindicatos entienden que esa resolución implica la devolución automática de los derechos perdidos en estos años, mientras que la empresa defiende que deben tenerse en cuenta las modificaciones realizadas con posterioridad como el principio de acuerdo que puso fin a la huelga de diciembre de 2013 y que trató fallidamente de registrar como convenio ante la Junta de Andalucía. Sin embargo, el regidor informó de que la Administración andaluza les ha comunicado que ya se puede inscribir como un acuerdo parcial "después de reclamar una respuesta desde hace meses, puesto que parecía que ese acuerdo estaba en el limbo y no existía".

Si el comité acepta esperar a la nueva resolución que aclare cuáles son las condiciones laborales que deben aplicarse, el alcalde aseguró que las partes se comprometerían a no recurrir dicha sentencia y si fuera desfavorable para la empresa, ésta la acataría. "Vale la pena que lo medite la parte sindical", dijo De la Torre.

Pero el presidente del comité de empresa, Manuel Belmonte, fue rotundo al declarar que "no lo vamos a aceptar de ninguno de los modos" y advirtió que "los trabajadores tenemos las ideas muy claras y vamos a seguir al pie del cañón todos a una". De hecho, confió en que la empresa y el Ayuntamiento "entiendan que somos la única parte a la que por la crisis le quitaron parte del salario y otros conceptos laborales" y que además recordó que "nos dijeron que recuperaríamos íntegramente".

Así las cosas, la negociación partirá hoy desde el mismo punto que el día que comenzó la huelga. La propuesta que mantiene el Ayuntamiento pasa por acceder a la petición de los sindicatos para que los fijos descansen todos los sábados y domingos, lo que implicaría contratar a unos 200 eventuales para cubrir los sábados. En cuanto a las vacaciones, distribuirlas de tal manera que disfruten de 15 días entre junio y septiembre y los otros 21 días el resto del año. A ello se sumaría de cara a 2017, la garantía de que el personal que permanezca de baja tenga garantizado cobrar el cien por cien de su salario

En las reivindicaciones del comité se incluye, además de la paga de productividad, que los 1.362 empleados fijos puedan disfrutar 21 días de vacaciones en verano y los otros 15 días el resto del año, cobrar la cesta de Navidad y que la empresa se comprometa a retirar las más de 300 sanciones puestas a operarios por bajo rendimiento.El Consistorio se niega a aceptar estas dos últimas exigencias.

Respecto al cumplimiento de los servicios mínimos, Limasa informó de que en el tercer día de huelga volvieron a producirse retrasos en la salida de los vehículos y diferentes averías, lo que sólo ha permitido recoger un 30% de lo normal. Así, en los primeros tres días se han recogido en total 786.240 kilos de basura, frente a los 2.521.380 kilos contabilizados en el mismo periodo de 2015. Belmonte dijo que se cumplen "escrupulosamente" y advirtió que "esperamos que no metan a empresas externas porque sería un error al estar los ánimos muy calientes".

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