Málaga

"Oí clac, clac, clac y vi todos los árboles arrancados"

Juan Manuel Jiménez estaba en casa con sus padres el domingo por la noche. De repente, oyó soplar el viento y cuando se asomó a la terraza no podía creer lo que veía: un contenedor volaba antes de empotrarse contra un coche, un motorista caía al suelo por el vendaval y chapas metálicas de varios metros iban de un lado para otro como si fueran arbustos de un poblado del oeste. "Oí clac, clac, clac y al girarme, vi todos los árboles arrancados".

Juan Manuel vive en la cuarta planta del edificio América Plaza, frente a la estación de autobuses, que ayer tenía varias placas de mármol arrancadas por el tornado. Pepe González es otro vecino de la zona. Al oír el estruendo que causó el viento, no pudo resistir la tentación de asomarse al balcón, pero la estampa de plásticos, chapas y hasta una motocicleta volando hizo que se cobijara en la habitación de su casa más alejada de la calle.

Dolores Lucas le enseñaba a su nieto de 6 años los relámpagos cuando un ruido ensordecedor precedió a la imagen de chapas, cartones y árboles por los aires. "Fue impresionante", relataba Dolores, que se preguntaba qué hubiera ocurrido si el tornado hubiera llegado a Málaga dos horas antes, con más gente paseando por las calles de Málaga.

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