La maniobra sorpresiva de Juan Cassá reformula el tablero de piezas en la Casona del Parque. Y lo hace adquiriendo un papel si cabe más relevante que el que tenía hasta hace unas horas. Sin disciplina de partido que seguir, los grupos de la oposición observan a Cassá como un codiciado objeto de deseo, insustituible a la hora de afrontar una posible censura contra el regidor, Francisco de la Torre. No son pocas las ocasiones en las que, por ejemplo, el portavoz del PSOE, Daniel Pérez, ha invitado a Cassá a sentar las bases de una moción de esta envergadura, sin que haya tenido éxito alguno.

Ayer, sin embargo, el grupo socialista guardó silencio. Por medio de un comunicado, se limitó a indicar que todos sus ediles "están concentrados exclusivamente en la tarea de aportar soluciones y atender las demandas ciudadanas que llegan sobre la actual crisis sanitaria y social". Y apostilló: "El Grupo Municipal Socialista no valora ahora cuestiones que tengan que ver con el funcionamiento interno de otros grupos municipales". Sin embargo, fuentes de la organización admitieron que estarán pendientes de acontecimientos. 

Pérez ya trató hace ahora poco más de un año de desbancar al veterano regidor. "Por responsabilidad política, por ética y regeneración, el PSOE se encuentra en la obligación de abrir conversaciones con el resto de grupos para una moción de censura en el Ayuntamiento", dijo Pérez, quien apostilló: "Es una situación en la que ha que ser valiente y no nos podemos quedar impasibles ante lo que se está viviendo". 

La respuesta de Cassá, cuando aún era portavoz de Cs, fue negativa, emplazando al pronunciamiento que apenas dos meses más tarde iban a dar los malagueños en las urnas. Queda ahora por concretar si su pensamiento en el nuevo tiempo sigue siendo el mismo.