Málaga

La Policía ve ya una amenaza en el uso del bitcoin para ‘lavar’ dinero

  • El grupo de localización de activos se forma para frenar el blanqueo de monedas digitales tras las primeras incautaciones en la Costa del Sol

  • “Tarde o temprano caen”, advierte el jefe

Imagen del monumento dedicado a la criptomoneda Bitcoin  en Kranj, Eslovenia,

Imagen del monumento dedicado a la criptomoneda Bitcoin en Kranj, Eslovenia, / Efe

Ni paraísos fiscales ni sociedades pantalla. Las fórmulas para blanquear los beneficios procedentes de actividades ilícitas como el tráfico de drogas o el crimen organizado están evolucionando a pasos agigantados. Los delincuentes, que no cejan en su empeño de pretender ir por delante de la Policía, recurren cada vez con más frecuencia al uso del bitcoin –o monedas digitales– con la pretensión de lavar dinero negro.

Los investigadores ya están recibiendo formación para afrontar esta amenaza y advierten del uso ilícito de estas divisas. “Se va a abrir un agujero bastante importante y tenemos que ponernos al día. Ya ha habido incautaciones que han sido casi pioneras en la Costa del Sol. En lugar de dinero, encontramos bitcoin, que no deja de tener valor”, explica el inspector Bermúdez, jefe del grupo de investigaciones patrimoniales y localización de activos de la Policía Nacional de Málaga, que subraya que cuentan con herramientas y cada vez más preparación. “Tarde o temprano caen”, asevera.

Las apuestas online, principalmente de fútbol, se erigen en otro de los métodos más recientes de blanqueo de capitales empleados por organizaciones criminales, que ven en ellas un caldo de cultivo al permitir manejar dinero en efectivo sin necesidad de emitir facturas. “Ahora se está observando la cresta de este problema”, explica el mando policial, consciente de la dificultad que entraña investigar los casos en que las plataformas de apuestas son ilegales, dado que no exigen una tarjeta de crédito.

La Policía ha localizado este año más de 95 millones de euros en manos de delincuentes

La filosofía del grupo de investigación, que forman siete policías, es contundente: evitar que el crimen sea beneficioso y lograr que los activos reviertan en la sociedad, en lugar de quedar depositados en cuentas judiciales. Analizan datos de Hacienda, de la Seguridad Social, otros procedentes de cuentas bancarias, donde cada vez hallan menos dinero, y del Instituto Nacional de Empleo.

El entorno del delincuente resulta fundamental para destapar el patrimonio ilícito. Desde amantes a testaferros. “Vamos creando un perfil económico, apoyados por las intervenciones telefónicas y las vigilancias. Hacemos una composición del tipo de organización, quiénes están detrás y quiénes dan la cara”, cuenta el responsable de la unidad, encargada de ejecutar las medidas de carácter legal, como la prohibición de disponer de las propiedades y el bloqueo de los saldos de las cuentas.

El éxito de su trabajo se mide en cifras. Desde que la unidad comenzara a funcionar en 2013 –que ya cerró con 21– los investigadores se han incautado de más de 400 millones de euros. El año 2106, que coincidió con la ejecución de la sentencia del caso de Malaya –la operación contra la mayor trama de corrupción urbanística destapada en España durante el gilismo– registró el récord de los últimos cinco años, con 100 millones.

Los agentes auguran que 2018 terminará con otro balance para enmarcar. Hasta noviembre han localizado más de 95 millones en manos de delincuentes durante este año. Desde sus inicios, el grupo de investigaciones patrimoniales ha resuelto más de 300 casos. Actualmente tiene abiertas cerca de 70 operaciones. Alguna de ellas desde hace cuatro años y, en su mayoría, vinculadas al crimen organizado y al narcotráfico, que no es más que “una forma de financiar otro tipo de actividades” y, a su vez, “lo que más dinero genera”.

El grupo de investigaciones patrimoniales ha resuelto más de 300 casos y tiene abiertos cerca de 70

La Policía ha llegado a requisar 40 caballos a una organización e intervenido bienes en Holanda y Polonia. Ahora esperan hacerlo también en Austria y Bulgaria. En un caso reciente, descabezaron una banda de españoles, holandeses y marroquíes dedicados al tráfico de hachís y marihuana. El golpe policial permitió la incautación de casi 2 millones en inmuebles y 25 vehículos, valorados medio millón. “El fin último de las organizaciones es conseguir dinero. Intentamos ponérselo muy difícil”, apostilla el jefe policial.

En otra de las investigaciones lograron desenmascarar a los miembros de una red vinculada al tráfico de drogas pese a que, según las pesquisas, operaban con identidades falsas. El inspector Bermúdez destaca la “evolución de la criminalidad” y la “internacionalización de los delincuentes” , que cometen el delito en su país de origen y blanquean en España o viceversa. En la Costa del Sol residen numerosos británicos, holandeses y rusos.

En una de las operaciones intervino 40 caballos a una organización, además de bienes en Holanda y Polonia

Durante este tiempo también se ha detenido a varios familiares de un preso, que, supuestamente, blanqueaba a través de préstamos ficticios el dinero que obtenía de la venta de droga. Su entorno estaba, presuntamente, implicado en los hechos. “Por necesidad económica prácticamente no se trafica con droga”, resalta el inspector. El grupo de localización de activos también ha contribuido recientemente a la desarticulación de la banda de sicarios supuestamente responsables de los asesinatos de un hombre al salir de la Primera Comunión de su hijo y otro en Estepona cuando entraba en su casa. A través de cuentas de terceros lograron requisarle 40.000 euros a uno de ellos.

Cuanto más elevadas sean las cantidades que se transfieren, más fácil resulta detectar el blanqueo. “Hemos visto organizaciones con 80 sociedades. Se movían 500 cuentas a la vez y había que comprobar cómo se dispersaba una transferencia entre las empresas”, concluye el inspector.

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